viernes, 31 de diciembre de 2010

2011

Para los amantes, para los libres, para los hombres, para las ratas, para los niños, para sus madres, para el Papa, para las flores, para las mareas, para los engaños, para ti, para nosotros, para la vuelta, para el verano, para un susurro, para la vendimia, para los soles, para los siete enanitos, para Cuba, para el olvido, para el recuerdo, para los posos, para los locos, para mi anhelo, para el río Sil, para los ciegos, para los piratas, para las arpías, para los saltos, para la timidez, para el sonrojo, para mis amigos, para mi, para las ovejas, para los presos, para los besos, para el número trece, para los denostados, para Pepito Grillo, para el silencio, para la hermosura, para tus ojos, para Messi, para el pescado, para el pecado, para una obsesión, para mi cordura, para Nueva York, para dos golondrinas, para los salmones, para la piel de gallina, para los vicios, para Lugo, para los prosistas, para los lectores empedernidos, para Cenicienta, para vosotros, para todos.

Feliz año nuevo.

miércoles, 29 de diciembre de 2010

Dickens

El fantasma de las navidades pasadas me ha dicho que perdimos demasiado el tiempo, que tuvimos que aprovechar nuestras oportunidades cuando era pertinente, que no se puede reflotar un barco hundido solamente con ilusión, me ha dicho que ayer se nos hizo tarde, que nuestro tren ya pasó.
El fantasma de las navidades presentes es mi único compañero ya, aparte de la soledad, ésta no falla nunca, dale un resquicio por el que colarse y la tienes otra vez a tu espalda, susurrándote al oído, besándote despacio, termina un año más, corre para que no te atrape.
El fantasma de las navidades futuras ni siquiera se me ha aparecido, es curioso, no sé que puede significar, ¿estoy dejando de ver fantasmas? o es que no hay futuro para mí, para nadie.

martes, 28 de diciembre de 2010

+ Cultura, - Fútbol

Impresionante documento gráfico, hoy en una pared de Sanse.
Estoy totalmente de acuerdo con ambas afirmaciones

Luces de neón

Tantas horas de viaje, tantos paisajes cambiantes a mi alrededor, con punzadas en la cabeza decido parar en la siguiente salida; anochece, no quiero quedarme dormido.

El típico bar que no está al lado de la carretera, hay que adentrarse casi tres kilómetros más y llegar a un sitio que parece desierto, da la sensación de ser un decorado de película de terror de serie b, nadie por las calles, una gasolinera con un cartel de “C-RRAD- “, y al fondo, justo antes de la señal que indica el final del pueblo un pequeño local, con la entrada angosta y un par de luces de neón en la entrada “bar la rosa”, vale, allá vamos.

Luz tenue y sala vacía, parece un domingo de invierno pero es sábado y estamos en Agosto, debería hacer calor y el ambiente es muy agradable, casi fresco. La rosa está justo detrás de la barra, es el primer pensamiento que viene a mi cabeza cuando veo esas vertiginosas caderas moverse al ritmo de la música. Suena “Melancolía” de Camilo Sesto, madre mía, ¿dónde me he metido?. Al oír mis pasos Rosa se gira, y lo que se intuía se queda corto para describir la realidad, lo primero que me viene a la cabeza es “mataría por ella”, gracias Frank.

Con un gesto me indica que no oye, y comprendo que tampoco puede hablar, rosa fresca, impresionante, pero amarilla, desdichada, cruel destino. Le pido un café solo, cargado, con dos azucarillos, al señalarlos mi mano roza la suya y ríe, ¿han escuchado hablar a Dios?, yo sí viendo esa muda sonrisa. La situación, lejos de ser incómoda, es de lo más natural, yo doy vueltas al café y de vez en cuando, de reojo, la miro, ella, de perfil continúa secando copas con apatía, una espectacular apatía. Se sabe observada, pero no está incómoda, sabe que es la protagonista de su marchito rosal, una oda a la belleza, una cruel vuelta del destino. Por un momento pienso en saltar la barra y besarla con fuerza y proponerle otro destino y sueño que ella me corresponde y que salimos, furtivos, de ese escenario de pesadilla hacia un futuro incierto.

Pero sigo tomando el café, lentamente, con cada sorbo, agoto los últimos instantes en el jardín del Edén, la miro franco, pronuncio “adiós, gracias” y ella, volviendo a abrir la caja de los truenos me sonríe y saluda con un gesto, “buen viaje”, quiero entender, “vuelve cuando quieras”.

Dejo atrás la destartalada avenida y me adentro en la pequeña vía de servicio, no sin antes volver a mirar por el retrovisor con la esperanza de verla salir corriendo tras de mí, en lugar de eso no veo ni siquiera las luces de neón de la puerta, ¿estuvieron ahí?

lunes, 27 de diciembre de 2010

El río

Saltaban entre las rocas del río sin preocupación. Las tardes eran largas en verano, el calor les apaciguaba.
Trece casas encaladas en la desembocadura del valle, rodeadas de campo, verde, eran todo el pueblo. El camino que bajaba hasta el río serpenteaba entre acacias y olía siempre a tierra húmeda.
Raúl bajaba por el camino a su encuentro con alegría, contaba los guijarros negros, soñando con un beso furtivo. A la hora acordada llegó, y se sentó a su lado, impaciente.

-         Llegas tarde.
-         Hace fresco, ¿quieres mi chaqueta?
-         No.
-         ¿Sabes que el hijo de Jacinto viene de visita desde Madrid? nos ha prometido que nos traerá un vídeo y cientos de películas, es actor.
-         ¿Cuántos habitantes hay en Madrid?
-         No sé, supongo que más de cien mil.
-         ¿Cien mil? madre mía, me encantaría vivir allí y perderme entre la gente, ¿me llevaras Raúl? ¿saldremos de aquí algún día?

El silencio le traía el eco del agua contra la piedra, le encantaba el olor a tierra del camino, sentía sus raíces arraigadas en el valle, su vida estaba allí, no saldría, no quería salir.

-         Hace fresco, se hace tarde, mejor volvemos, ¿quieres mi chaqueta?
-         Sí, claro. Raúl…
-         ¿Qué?
-         Abrázame, hace frío.

domingo, 26 de diciembre de 2010

Ernesto

Aquí una perla del maestro Hemingway; exquisito en la forma y en el fondo:

"Paco no había dicho nada, todavía no entendía de política, pero siempre le producía un estremecimiento oír al camarero alto decir que había que matar a los curas y a la Guardia Civil. Para él, el camarero alto representaba la revolución, y la revolución también era romántica. A él le gustaría ser un buen católico, un revolucionario, tener un trabajo estable como ese, y, al mismo tiempo, ser torero"

El párrafo es de uno de sus relatos cortos; "La capital del mundo", y es, a mi entender, una elegía de la tolerancia y la flexibilidad de opinión como signo de inteligencia, ¿por qué no ser todas las cosas que Paco quería ser?

Enorme Ernest.


viernes, 24 de diciembre de 2010

NAVIDAD

Vamos cerrando el año, como siempre de todo, alegrías, penas, encuentros y diatribas múltiples.
Yo, con 34 castañas recién estrenadas he multiplicado mis dudas por cinco con respecto a mi adolescencia, y sospecho que esto seguirá "in crescendo", ya lo ven, más de lo mismo.
Pero estos días son tiernos, y como decía un amigo, a pesar de ellos debemos disfrutar de todos nuestros privilegios, yo les sugiero que miren a su lado y comprueben si tienen al menos a un ser querido cerca, si existe algo, aunque sea una cosa solamente, que celebrar esta noche y si realmente les apetece seguir viviendo todo esto el próximo año, si la respuesta a estas preguntas es sí seguramente tendrán una bonita nochebuena.
Disfracen sus deseos de papá noel y salgan a pedir el aguinaldo, como antaño, vuelvan por sus fueros antes de que sus fueros no quieran volver con ustedes.
Y sean felices.
Si les sirve de consuelo desde mi experiencia puedo decirles que no se puede hundir un barco dos veces.

Felices Fiestas!

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Riqueza

Hoy vuelvo a dejar caer otro diamante.
Otra estrella se desprende del cielo y vierte su contenido en mi quimera.
La tuerca da otra vuelta y compruebo lo que me temía, por detrás comienza a oxidarse peligrosamente, no la engrasé bien, no giré el tornillo a menudo.
La vida, de nuevo, me abofetea a conciencia, pero cuando el dolor se pasa veo que soy yo mismo quien guía su mano.

Gracias por vivir mi riqueza.
Por cabalgar conmigo a lomos de mi estrella.
Por ser otra vuelta de mi tuerca, por engrasar mis escasos deseos.
Gracias por golpearme fuerte, lo necesito, quizás así algún día despierte y comience a esquivar los golpes.

San Silvestre

A parte de ser el santo de los pobres y los desamparados, la San Silvestre es una carrera popular madrileña que acaba en el barrio de Vallecas y que, a parte de ser multitudinaria, se corre en una fecha muy especial, la tarde-noche del 31 de Diciembre.
Podría decirse que, a lo largo de mi vida, lo único que he hecho con regularidad ha sido calzarme las zapatillas este día y correr esos escasos diez kilómetros que unen el centro de Madrid con el estadio del Rayo Vallecano; hasta doce participaciones son las que me contemplan ya, once de ellas de manera consecutiva.
Durante este período de más de diez años muchas han sido las sensaciones en carrera, desde los primeras, con facilidad y rapidez por debajo de 45 minutos, seguido de una fase de sombra de unos tres años en los que el tabaco y la inactividad me llevaron por encima de la barrera de la hora, hasta las últimas participaciones en las que, al igual que en mi carácter, he encontrado el sosiego del término medio, dedicándome a disfrutar de los ánimos del público (siempre fiel) sin sufrir la presión absurda del crono.
Qué decir de los acompañantes en estos años, de memoria podría recitar varios; Jesús, el hermano pequeño de uno de mis mejores amigos, que vivió aquella primera participación mítica donde se especula con que bajamos de los 24 minutos en ocho kilómetros, pasando por Michel, Dani “el mago”, Vero y Nico, míticos, Albertus y su hermano David, Nacho, Martins, y como acompañante oficial, de tantas y tantas pruebas en dúo el gran chache, mi hermano, víctima y verdugo de mis ritmos en más de ocho ocasiones. Seguro que me dejo algunos, pero todos poniendo ese puntito de emoción al final de un año.

Hace unos días pensaba que, debido a mi forzosa parada actual, este año, el mítico año trece, iba a tener que suspender mi particular forma de despedirlo, no puedo correr, y andar toda la prueba me supondría llegar a unas horas poco aconsejables para la cena familiar…así que me veía renunciando una vez más a dar continuidad a algo en mi vida, rindiéndome antes de haber empezado; pero finalmente una súbita iluminación llamó a mi puerta.

El espíritu de la San Silvestre ha significado para mi mucho más que la carrera, la multitud, los disfraces y las fanfarrias, lo que me lleva cada año a colocarme en la salida es la sensación de estar dejando atrás mis demonios, paso a paso, zancada a zancada, y para esto, señores, no me hacen falta ni pancartas, ni bandas de música, ni treinta mil personas, ni Nike, ni su puñetera madre en bicicleta (perdón por la expresión). He cogido lo imprescindible: yo, Madrid, Vallecas, diez kilómetros y el día 31 de diciembre, todo lo demás es superfluo, este año no estará el chache (te echaré de menos orejas), no tendré multitudes, y ni siquiera iré corriendo, además no será ni de noche, pienso plantarme en mi salida imaginaria como todos los años pero cinco horas antes, y sin prisa pero sin pausa, andando por no poder correr, digerir mi recorrido hasta la meta al final de la Albufera.

Este año correré, andaré mi treceava San Silvestre vallecana, y la disfrutaré como todas y cada una de las anteriores, así que ya sabéis, se admiten acompañantes.

Feliz Navidad.


martes, 21 de diciembre de 2010

Derechos

Hace unos días la caja tonta me daba la noticia de que el Senado de los estates había aprobado una ley, promesa electoral de Mr. “yes, we can” Obama, por la que en las fuerzas armadas yanquis se permite al fin la presencia de homosexuales, acabando con años de discriminación sexista y con miles de injustos despidos.

Como casi siempre no voy a entrar a valorar lo acertado o no de la ley, sirva para entender mi posición la frase del genial Begnini en su obra maestra “La vida es bella” cuando habla con su hijo sobre la prohibición de entrar en sus establecimientos que hacían los fascistas italianos con letreros como “Prohibida la entrada a perros y judíos”, el niño, que no entiende nada le pregunta, y él, para intentar preservar su inocencia le contesta que en su tienda, (ellos tienen una librería), a partir de mañana no dejarían entrar ni: “dime un animal que no te guste”, “las arañas” contesta , bien, pues prohibirían la entrada a las arañas y a los visigodos, genial Roberto.

Lo que más me impactó de la noticia, al margen de ver las lágrimas de satisfacción de algunas personas homosexuales que luchaban por la aprobación de la ley y que en su día fueron despedidas del ejército por su orientación sexual, fue una frase que podía leerse en una de las lápidas de un integrante, ya fallecido, de este colectivo:

“WHEN I WAS IN THE MILITARY, THEY GAVE ME A MEDAL FOR KILLING TWO MEN AND A DISCHARGE FOR LOVING ONE”

“Cuando estaba en el ejército, me dieron una medalla por matar a dos hombres, y me despidieron por amar a uno”

Os lo dejo para reflexionar sobre el tema.

lunes, 20 de diciembre de 2010

Don nadie

Se sentía pequeño, zafio, ante ella.

Podía notar como la fuerza imparable de su risa le taladraba por dentro, como la alegría con que inundaba sus días le iba haciendo más débil, como el levante de su ánimo le apresaba, sin llaves, en las mazmorras de su cobardía.

Nunca sería suya.

Esa era la única verdad válida ahora, tras el terremoto de su confesión. Había jugado su última mano en esta partida de poker y había perdido, su all-in particular había resultado un desastre.

Viéndola torcer aquella esquina que tantas veces había torcido con él, alimentando por entonces sus vagas esperanzas, se preguntaba por qué el destino podía ser tan puñetero, ¿es que nadie se daba cuenta de que eran almas gemelas?, ella al parecer no, y tenía la sutil impresión de que, en este caso, esto iba a resultar una tragedia.

¿Sería la última vez que la vería? hace años lo dudaba, ahora lo tenía claro.

Monótonos días, monótono trabajo, monótonas risas, carentes de sentido sin su eterna “partenaire”, monótonos recambios para ella, efímeros placeres condenados a su fútil compañía, desaires, hobbies baladíes, presas fáciles de cazar, caza menor en todo caso.

Veinte años después cayó de nuevo, por descuido, en la misma esquina, corazón volcado, sienes palpitantes, podía verla desaparecer de nuevo, podía incluso oler su voz, sentir su armonía. Un paso, uno más, adelante, ella estará allí, te estará esperando, se equivocó pero ahora lo sabe, sois almas gemelas, todo el mundo se da cuenta, un paso más, venga, respira, joder, no tiembles ahora.

Giró pero allí no había nadie, un edificio en lugar del parque por el que pasearon inocentes hace siglos. Veinte años y allí no había nadie. Eso no le preocupaba, lo peor era comprobar que desde que se fue, ni él mismo era nadie.

jueves, 16 de diciembre de 2010

Maestro Gala

Hoy a través de facebook una amiga comparte una perla del Maestro Gala, una de las personas que más y mejor ha reflexionado sobre la naturaleza humana y el amor en la España contemporánea, os la dejo aquí, es impresionante:

"Hay quien ama lo imposible y hay quien desea lo infinito;
pero quizá lo peor sea amar de modo imposible lo posible
o desear de modo infinito lo finito"

¿Cuántas personas conocemos que dan forma real a estas palabras? ¿Cuántas veces nosotros mismos hemos sido tan cobardes como para dejar pasar el amor por delante de nuestras narices, amando, como dice Gala, falsamente, de modo imposible lo que quizás fuera posible?. Incluso como plantea en la última parte, ¿Cuántas veces nos hemos obcecado con desear de una forma infinita lo que sabíamos de antemano que iba a terminar? .Pocas veces tres líneas dan para reflexiones tan profundas....me repito en mi admiración al Maestro Gala.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Dedicado al señor Ortiz; enorme letrista, mejor persona.

Suscribo totalmente la afirmación de un gran sabio: “En la anterior vida me adelantaron, pero en la siguiente no lo voy a permitir”, hablaba con una mujer enamorada, pero no de él, hago mías sus palabras y te digo lo mismo; a ti.

Lo tengo todo pensado, esta vida ya la hemos perdido, tú equivocándote al elegir pareja y yo dando bandazos de flor en flor, con más pena que gloria, pero la siguiente….prepárate porque no voy a aflojar el marcaje.

He barajado ya bastantes opciones, en una de ellas tu te reencarnabas en guitarra y yo en Paco de Lucía, imagínate qué espectáculo, todas las noches antes de cada actuación te afinaría poco a poco y te sacaría brillo con cuidado, porque seguro que serías una guitarra preciosa, y me daría miedo estropearte, y frente al público, con la vergüenza de tener que mostrarte así, desnudita, frente a miles de espectadores indiscretos intentaría romper el silencio del auditorio ofreciendo acordes imposibles que emocionasen a la gente con rítmica alegría. Después del concierto, en tu funda acolchada para que no te roce te llevaría a casa y te colgaría frente a mi cama, para poder gozar de ti todo lo que te sueño en esta vida.

En otra opción yo me reencarnaba en lienzo y tú eras una pintora novel, con mucho talento, yo observaba, día tras día apoyado en una pared de tu estudio, como ensuciabas lienzos, derrochabas óleos, pervertías colores, un día recibías una visita de un señor que te propone exponer en su galería, trabajas con frenesí, remozas obras antiguas y pintas brillantemente, hasta que te solicitan una obra central, original, para el cartel promocional… y me elegirías a mi, tan seria, delante del lienzo, o sea de mi, me recordarías a una estatua griega, pero bellísima, otra vez en esta nueva vida me enamoraría de ti y tú me harías el amor con tus esbozos, cada pincelada me estremecería la piel, cada mezcla me mataría, pasando de ser un lienzo polvoriento a tu trabajo más completo, tu primera y más querida obra maestra.

A veces incluso imagino que, increíblemente, tú te reencarnas en ti y yo en mi mismo, pero nos pillamos a tiempo, antes de que pase nuestro tren, te conozco en una heladería de Berlín el 23 de Enero, ¿comiendo helado en Enero? ¿En Berlín?, tienes que ser tú, la que tanto anhelé en otra vida… ¿o era en ésta? no sé, dejo de perder el tiempo y me acerco lento, tembloroso, ¿y si me equivoco?...

-Hola. Sí. No tengas miedo, estoy aquí esperando por ti, llevo toda una vida haciéndolo-


“Dedicado al señor Julio Ortiz, que me inspira enormemente con sus letras”

martes, 14 de diciembre de 2010

Una proposición indecente (bueno, no tanto)

Te propongo algo, entrégame un día. Con uno me basta.

Nuestro despertar será como un nacimiento, algo increíble, compartiremos ducha y desayunaremos secándonos en la cama, ligero, no muy pesado, yogur y fruta, a lo mejor un zumo para rematar, y entonces saldremos a la calle; te cogeré de la mano y no tendremos que temer nada, pararemos a escuchar a “Pardao” con su vieja guitarra cantar historias y viejas baladas, en esa tienda tan chula de la Gran vía te compraré unos pendientes, y mientras tomamos un café en el mercado de San Miguel te susurraré que me encantaría arrastrarte de nuevo a la cama, tu reirás, y sentiré que estar vivo, hoy, es el mayor privilegio que alguien puede tener, y además estar a tu lado, una auténtica maravilla... de pinchos por Donosti acompañados por un chacolí prodigioso tararearemos las melodías de las antiguas series de dibujos, Marco, Heidi, Mazinger, y añoraremos tiempos pasados, donde el sabor de tu piel aún no me corrompía. En Granada, a la luz de dos candiles, disfrutaremos de un solomillo y un vinito que nos hará zozobrar, tú caerás en mis brazos y dormiremos la siesta a la sombra de una palmera, varados en una playa desierta, donde nunca podríamos haber echado anclas. Por la tarde daremos un paseíto de esos que te gustan hasta la casa del terror, nos mofaremos de Drácula, Frankenstein e incluso del de la matanza de Texas, que nunca me acuerdo como se llama, al salir nos estará esperando el chofer, y en un coche de época con los cristales tintados para que nadie vea la fila de los mancos nos llevará hasta un pequeño restaurante a las orillas del Sena... sí, ya sé que no te gustan mucho los franceses, pero qué le vamos a hacer, tienen París. Mientras disfrutamos de un plato con el título más largo que un día sin pan haremos quinielas sobre cómo llamaremos a nuestro cuarto hijo, los otros tres ya estarán adjudicados, y bajo las luces del Sacre Coeur te daré las GRACIAS por regalarme un algo tan tuyo, como tu tiempo, el don más preciado de una persona. No habrá llantos en la despedida, sabíamos que acabaría así, tú y yo desnudos de nuevo, sin distinguir brazos de piernas, muy despacio, cómo si el mundo se acabara justo... al final de este día.

lunes, 13 de diciembre de 2010

¿Tú también, Marta?

Nos desayunamos hace unos días con la bomba informativa de la semana, Marta Dominguez supuestamente encabeza una trama de suministro de sustancias dopantes a nivel nacional que podría implicar a algunas de nuestras máximas figuras en el mundo del atletismo.
No voy a entrar en detalles, eso se puede seguir en cualquier informativo diariamente, pero si me gustaría comentar el gustillo amargo que me vuelve a dejar esta noticia, poniendo siempre la presunción de inocencia por delante, la sensación que me queda de nuevo es de "DESILUSIÓN" con mayúsculas, esta vez me duele más porque Marta era un ejemplo, quizás hasta hace unos días el más grande, de superación, esfuerzo y profesionalidad dentro de un deporte minoritario, denostado, que además fue y es el mío, el atletismo. A los atletas se les presuponen unos límites casi inhumanos de esfuerzo y capacidad de sacrificio, es un deporte "del pueblo" y la verdad es que si se confirma toda esta trama habrá que señalar como auténticos farsantes a todos los implicados.
Nos van quedando cada vez menos mitos en el deporte, una de las pocas facetas en la sociedad actual que son dignas de mi elogio, al final tendremos que ser más consecuentes y no mitificar a estas "estrellas", hagámoslo con la madre recién separada que se desvive por dar lo mejor a su hijo, por el enfermo terminal que mira cada día con nuevos bríos, o por el parado que se ajusta mejor aún que ayer la corbata para su nueva entrevista de trabajo; aquí deberían estar nuestros héroes, anónimos, solitarios, estos deben ser los espejos en los que reflejarnos; los otros, por desgracia, cada vez se empañan más de vaho.

viernes, 10 de diciembre de 2010

Dedicada a ti

A mi querida desconocida:

Espero volver a encontrarte sin preaviso, casi por casualidad, y que tus brazos otra vez me rodeen y consigamos parar nuestro tiempo. Deseo que los últimos días vuelvan a repetirse con esa clandestinidad tan nuestra, con la ventaja de ser, desde hace poco, de nuevo grandes desconocidos, creo que volverá a ocurrir, ¿qué opinas? Puestos a soñar, anhelo tener una pequeña máquina del tiempo para minimizar las ausencias que dejas en mi almohada, y que la vida sea, solamente, fragmentos de tus vahos en mi alma, zarpazos de mi furia en tu cabello, pálpito oscuro en oscuras sábanas, nuestras.
Te escribo sabiendo que nunca leerás esto, te escribo a ti, pero soy yo quién recibe mis letras, suavizando el paso espinoso de los días perdidos, volviéndome más loco aún si cabe, despertando mi lobo herido, pero aún sediento de pasión.
Ni siquiera puedo imaginar lo que serán ciento veintisiete días sin verte, ¿acaso tú puedes? No lo hagas, porque no va a ser así.
Los muros del tiempo, tan jocosos como siempre, se mofan de nuestra ansiedad, no lo tengas en cuenta, algún día también reirán con nosotros, cuando seamos los dos quienes tengamos que mezclar el cemento que de sustento a sus ladrillos.
A ti, querida desconocida, te escribo, deseándote paz, salud y excelentes momentos, nunca tan grandes como los que te quedan por vivir, de eso me encargo yo.

viernes, 3 de diciembre de 2010

34

Cumpleaños
Bueno, para la lotería es una terminación bonita, pero ya empieza a sonar contundente.
Siempre intento hacer de éste día una jornada de relax en la medida de lo posible, y como del curro no me puedo escaquear (toma jeroma) , me voy a tomar un día de asueto en el blog, os dejos una pequeña recopilación de fragmentos ya publicados en facebook, personalmente hay algunos que me traen buenos recuerdos, así los tengo todos juntos:

"Fiebres y aceite de oliva, baluartes de otro tiempo donde la contemplación y el sosiego eran reconocidos como vara de medir la templanza. Quietud, amnesia, ¿eras tú?, quién sabe, ¿fuiste tú? seguro. En los albores de la memoria enjuagabas mi sudor, calmabas mi fiebre y lubricabas mi ansiedad con tu verbo, valiente y tenaz. ¿Serás tú?”

“Mi debilidad es tu cítrica desesperación, guante de seda, pétalo marchito, arrecife de tiempos pasados donde mi risa, unida a tu mirada derrotaban a cualquier enemigo, nadie osaba cercar nuestra muralla, éramos gigantes, mar embravecido, escarcha en tus sueños…”

“Azares, errores, visitas inesperadas, confusiones, casualidades, accidentes, besos, abrazos, temores, bares, frescor, nostalgia, sonrisa, perfumes, soledades, montañas, cristales de colores, arco iris, deidad, viento y mañanas, playas, lunas y regazos en los que apoyarse… estas son mínimas expresiones de la telaraña de la existencia, si hubiera un Dios, ¿dónde estaría? fuera de la telaraña”

“Si tiras la piedra no escondas la mano, vístete por los pies, mira a los ojos y dime lo que sientes, no eches balones fuera, cuéntame cómo vamos a arreglar esto de la mejor manera, no dejes que un ápice de duda se inserte en esta decisión, y procura que el terremoto que vas a provocar no destruya los cimientos de todo lo que construimos, tú ya me entiendes, sé un hombre”

‎"Lamentos de besos nunca dados, de caricias esquivas, de noches jamás vividas, de historias sin posible final… huid!! fuera!! hoy quiero besar, acariciar, amar y comenzar leyendas.
Sube a mi corcel, huyamos de la mediocridad de nuestros días, enseñémonos que juntos todo es posible."


jueves, 2 de diciembre de 2010

Al filo...

Aún con mi enorme facilidad para la prosa enrevesada y para argumentar con miles de frases historias vacías de contenido, es curioso darse cuenta de que cuando quiero hablar de ella, de mi Madre, no me salen las palabras; pero sin embargo tengo que intentarlo.

Mi Madre, señores, es montañera, les parecerá difícil de creer pero así es, y no es que le haya gustado la montaña de siempre, nunca ha tenido el privilegio, hasta ahora, de tener hobbies; pero hace unos meses, tras apuntarse a un club local de senderismo empezó a emular a los amigos de “al filo…”. –Salen mis fotos por Internet-“me decía el otro día, y allí me ven, buscando a mi Madre en instantáneas cubierta de nieve, surcando la sierra madrileña a todo trapo, incluso vadeando algún que otro río caudaloso. Es curioso, ver esas fotos me ha emocionado, no por la actividad en sí, sino por la sonrisa que veo en su cara, es una sonrisa que no he visto mucho, se diluye entre mis recuerdos de mi Madre entre fogones, corriendo de un lado a otro, siendo Madre, padre, consejera, abuela, psicóloga, institutriz, matrona, pediatra, albergue, guerrera….

Que me sienta orgulloso de ella puede parecer algo muy normal, pero los que conocen lo atribulado de mi familia pueden dar fe de que esto no está siempre tan claro. La vuelvo a ver ahí, sonriendo, rodeada de sus compañeros de aventuras y me pregunto hasta dónde podría haber llegado este espíritu indomable, ¿profesora? ¿doctora? ¿astronauta? , seguro que a todo respondería sí, pero se quedó simplemente en eso, en Madre, en ese espejo del que rescatar valores como el esfuerzo, el sacrificio, el amor por los hijos, y el no desfallecer nunca…por muy alta que sea la montaña.

Mi Madre es, como todos ustedes podrán imaginar, la mejor madre del mundo, y si no se lo creen, busquen en Google madres montañeras y verán como, tras contemplar esa sonrisa y leer esta breve entrada, tendrán que darme la razón.




miércoles, 1 de diciembre de 2010

Guernica

El sol del exterior se iba haciendo un poco más intenso, por lo que bajó algo las persianas, lo justo para que los haces de luz que se colaban por cada resquicio de la ventana mostraran una mínima parte de su cuerpo, pero esa mínima parte, y todo el resto que podía imaginar eran un auténtico monumento que haría sombra a la misma capilla sixtina.
No recordaba cuánto tiempo llevaba allí, contemplando su cuerpo desnudo yaciendo sobre las sábanas de su cama, pero tampoco importaba mucho, tenía la sensación de que la tierra había dejado de girar. La respiración era constante y relajada, estaba dormida, pero él no podía, su mente se encontraba en un estado de excitación tal que casi no le dejaba ni parpadear.
Recorrió con la vista el valle que formaba su cintura y sus caderas, y se perdió de nuevo en el éxtasis que le proporcionaba saborear el olor que ella acababa de dejar sobre él, era mezcla de limón, almizcle y sexo, hubiera pagado un millón por un pequeño frasco de esa fragancia, sobre todo lo hubiera pagado por poder abrirlo cada día y recordar, mañana, que un día fue suya, un día de verano como hoy, con un sol hiriente que se filtraba por las persianas de su casa.
Algunas gotas de sudor aún le resbalaban por la espalda, haciéndole sentir escalofríos,- no todo está perdido, se dijo a si mismo, aún hay esperanza de que la balanza, al fin, se vuelva de mi lado.
Ninguna religión conseguiría jamás lo que en las dos últimas horas había despertado ese cuerpo de mujer, ningún libro de autoayuda de los que abarrotaban sus estantes, ningún terapeuta con aires de grandeza, ella le había devuelto la fe en si mismo. Y lo hizo a base de chocar su piel contra la suya, de estrellar sus labios en su pecho, de arañar sus estereotipos y de hacer zozobrar sus naves entre lo real y lo irreal.
Seguía ensimismado en saborear lo que acababa de vivir justo en el momento en el que ella abrió los ojos, seguía sin verse muy bien pero notó su imán incluso a la distancia que se encontraba, después le sonrió, no hablaba, simplemente cambió de posición, invitándole a acompañarla de nuevo, -ven aquí-, decían sus muslos, sus pechos y su largo cuello, -¿por qué me has dejado sola?- no lo sé, de verdad, no tengo ni la más remota idea de lo que hago aquí, contemplándote como si fueras el guernica, cuando puedo empezar de nuevo el bombardeo que inspiró a Picasso.

martes, 30 de noviembre de 2010

¿Nieva bien?

Ayer nevaba hacia arriba, os lo prometo.
Dejadme que me explique, el sitio donde aparco cada mañana es una explanada grande de suelo liso y rojo, que está recién pintado y es muy brillante; pues bien, ayer, como antes de empezar a nevar había lloviznado se creó una película reflectante de agua sobre la baldosa y cuando comenzó a nevar los copos se reflejaban en el agua y había dos nevadas, la habitual y otra…al revés, os parecerá una soberana estupidez pero me ha resultado uno de los espectáculos más curiosos que he visto en mi vida, estuve un rato contemplando la escena y después, para evitar que me confundieran con uno de los abundantes yonquis de la zona después de su chute diario, me monté en el coche y enfilé rumbo a casa con una extraña sonrisa en la cara. Hoy al despertarme lo primero de lo que me he acordado es que ayer nevaba al revés, es una maravilla, y he salido de casa preguntándome qué sorpresas me deparará el día…a lo mejor el mundo está al revés y la gente deja de ser egoísta, a lo mejor veo al padre y la hija que todas las tardes acaban a voces frente al trabajo dándose un abrazo y recordando por qué son inseparables, tengo la esperanza de recibir hoy una llamada que me diga que todo ha pasado, que las tormentas que se avecinan en mi familia han amainado y vuelve a nevar hacia abajo, quizás cuando pase por el INEM de camino a alguna visita me lo encuentre vacío, y lo más increíble, creo que hoy puede ser el día en que desterremos la bonita palabra “guachupino” de nuestros diccionarios.
Si ayer nevaba hacia arriba hoy voy a poner mi granito de arena para que vuelva a hacerlo, para poner el universo del revés y conseguir que en algún lugar, alguien, hoy, cambie de opinión.

lunes, 29 de noviembre de 2010

Futbolerismo

Suerte y que gane el mejor.
Hoy se enfrentan dos estilos, dos filosofías, dos equipos antagónicos, y un solo deseo, la victoria.
El Madrid (este año conocido por el Madrid de Mourinho, por el sello innegable de carácter y raza que le aporta el portugués) llega a Barcelona pletórico, con unos números de escándalo, líder e invicto, con enorme pegada, muy sólido en defensa, y con un fútbol poco elaborado pero cruelmente eficaz, revisar las estadísticas nos traería a los culés muy malos augurios.
El Barça de este año parece que da menos miedo, o a lo mejor es que como el Madrid da más se reparten el sentimiento y la vara de medir es diferente, un equipo estructurado, sólido y con calidad en defensa, vertiginoso en las alas y destructivo en llegadas desde la segunda línea con el que, a mi parecer, es el mejor mediocampo del planeta..
Estos partidos, que se venden como los del siglo, al final casi nunca están a la altura de las expectativas y el miedo a perder suele atenazar la creatividad de los equipo, salvo en contadas ocasiones en los que la inspiración está por encima del buen hacer táctico.
Es un espectáculo único que paralizará, de nuevo, y aún siendo lunes, todo el país.
Yo, sinceramente con mi corazón azulgrana deseo, por este orden, que se vea un buen partido, que haya respeto entre las dos aficiones, y que gane EL MEJOR.
Parece de perogrullo pero no son cosas fáciles de conseguir, si se dieran las tres podría decir que he disfrutado por fin de ver uno de estos clásicos en paz, honor y justicia.


domingo, 28 de noviembre de 2010

Queridos reyes magos

Queridos reyes magos.

Este año no he sido nada bueno, por eso no os pido nada, no seré bueno, pero sí coherente.
Os pediría un poco más de alegría en el mundo, más risas, menos preocupaciones, incluso que acabara alguna que otra guerra, pero sé que no me lo vais a conceder.
Siendo un poco más egoísta también me encantaría que mañana el Barça ganara al Madrid, pero me he enterado de que Baltasar es portugués y seguro que apoya a Mourinho.
Personalmente no me vendría mal un poco de ayuda con las mudanzas, que no os he visto por ninguna, y eso que he tenido bastantes, este año por supuesto también, seguro que esos camellos tienen bastante capacidad.
Para mi familia también pediría, si me hubiese portado mejor, más justicia, para mi madre grandes rutas en su nueva aventura de montañera, mis hermanas un poco más de amor y de atención que se lo merecen, al chache que encuentre el rumbo en el exilio y a mi padre que pudiese dejar de bailar, que parece el flautista de hamelín.
Para mis amigos os rogaría que les concedieseis uno sólo de sus deseos, el más sincero, el que les haga más felices, casa nueva, novia/o nueva/o, trabajo nuevo, o sea, todo nuevo.
Y para vosotros que sigáis tan majetes, repartiendo ilusión a todos por el mundo y carbón para los malos como yo.
Pero que no sea del dulce.
El otro al menos me sirve para calentar la casa.

Un abrazo.
Un republicano

jueves, 25 de noviembre de 2010

Cuéntame...

Cuéntame qué sabor de helado te gusta más, qué lado de la cama sueles elegir, si duermes de lado, o boca a bajo, o desnuda, explícame cómo eras de pequeña, cuáles eran tus sueños, cuáles son tus sueños y si puedo ayudarte a cumplirlos, susúrrame cada detalle de tus pensamientos, qué libros te han marcado, qué música escuchas y qué canción te hace perder la cabeza, si eres de fresa o de chocolate, a qué te dedicas, cómo es tu familia, cuántos hermanos tienes, qué te decía tu madre antes de salir en nochevieja, si te comes las uvas peladas, si eres de playa o de montaña o si has cruzado el charco, ¿rojo o azul?, cuál es tu comida preferida, ¿estores o cortinas? , si practicas algún deporte o si has vibrado con algún verso de Bécquer, háblame de ti todo el tiempo, deja que la noche se aclare mintiéndome, ¿facebook o tuenti? qué haces cuando llueve, ¿te gusta pasar horas acurrucada en el sofá?, dime como eran tus profesores, si en la clase te llamaban empollona o eras de la malotas, y mientras me lo cuentas vuelve a besarme, no escatimes abrazos, venga, que mañana puede que estemos sobrios, por cierto, ¿champán o cava?, de qué color te regalo las próximas rosas, porque habrá otras, lo presiento, dime si esta noche vas a elegir dormir sola, y si es así, ¿por qué prefieres equivocarte?, cuéntame si detestas los prejuicios y la hipocresía, dime si dejaste de buscar hace tiempo tu media naranja o si es real el brillo que emiten tus pupilas, pellízcame y recuérdame que sigo vivo, que hoy me ha tocado la lotería, hoy puedo pasar un rato a solas contigo, charlando, riendo, conociendo todo tu mundo en cuatro horas, sigue hablando, no pares, por favor, inúndame con ese timbre de voz que me ha partido por la mitad, y déjame que rellene tu copa de vino.
Ahora, preciosa, me toca hablar a mi.

hipocresía

Hipocresía
s f hipocresía [ipokɾe'sia] simulación de buenos sentimientos o ideas que generalmente se oponen a los que se sienten realmente

Quizás sea uno de los más profundos males de nuestra sociedad, siendo este país en el que vivimos la cuna de la avaricia y la envidia es normal que una de sus hijas más aventajadas, la hipocresía, campe a sus anchas.
Huyan de ella, no dejen que les atrape porque es una especie de enfermedad contagiosa, la definición del diccionario se queda corta, la hipocresía es mucho más, si escuchan bien la apreciarán en cualquier conversación en grupo, es como si fuese una manta cómoda y confortable que uno de los contertulios  se echa por encima de las piernas y que al instante todo el grupo quiere compartir, pero esa comodidad, ese calor que proporciona es efímero, ya que se enfrenta, un rato después, al frío aliento de nuestra conciencia.

Quizás sea ésta, la conciencia, la nuestra, el mejor arma para combatir los síntomas de nuestra protagonista de hoy, programen un examen de conciencia periódico, como lo hacen con sus antivirus en los ordenadores, revisen sus comportamientos y expulsen la hipocresía de sus vidas, háganlo, créanme, caminarán más livianos, reirán más fuerte y disfrutarán de sus vidas mucho más.

Líbrense de la hipocresía, se lo recomienda un gran hipócrita.

martes, 23 de noviembre de 2010

Hoy

Hoy no me apetece vivir.
Solo quiero seguir vivo, pero no voy a hacer nada por enriquecer esta realidad de mi fisiología, que el corazón lata, que los pulmones trabajen, que mis células no se paren, que mis neuronas sigan electrificándome.
Hoy no me apetece vivir.
Ni disfrutar de las maravillas del mundo, del sol de un día de invierno, de la sonrisa de un niño, ni de la lluvia repicando en mi ventana.
Hoy no me apetece vivir.
No es extraño, seguro que ustedes han tenido días así, y les hubiera gustado poder elegir, como yo, que hoy no voy a vivir, definitivamente renuncio, ni siquiera voy a comer, demasiado esfuerzo, tampoco me esforzaré en dormir, necesito mantener los ojos abiertos.
Hoy no me apetece vivir.
Que no tiene nada que ver con querer morirse, aún me quedan un montón de días como éste, de esos en los que la vida deja de tener sentido, para poder disfrutar de volver a reunir fuerzas y buscar, otra vez, los extremos de mi vida.
Hoy no me apetece vivir.
Mañana nadie podrá pararme

Bécquer

"Sabe si alguna vez tus labios rojos
quema invisible atmósfera abrasada,
que el alma que hablar puede con los ojos
también puede besar con la mirada."
G. Adolfo Bécquer
 
 

lunes, 22 de noviembre de 2010

Palabra de Bot.

Los diez mandamiento de Bot Esponja:

  1. Amarás a Bot sobre todas las cosas, y dejarás que Bot te ame en la misma medida que tú le ames a él.

  1. No tomarás el nombre de Bot en vano.

  1. Santificarás el día de Bot (19 de septiembre)

  1. Honrarás a tu padre y a tu madre como Bot honra a los suyos

  1. No matarás, salvo que intenten agredir a Bot, entonces estará perfectamente juestificado

  1. No cometerás acto impuros, bueno, éste es el menos importante de los mandamientos, Bot dice que si los cometes con gustirrinín pal cuerpo humano, no hay problema.

  1. No robarás las llaves de fondo de bikini

  1. No levantarás falsos testimonios, ni mentirás sobre los desmanes de calamardo

  1. No consentirás pensamientos ni deseos impuros (leer el mandamiento 6 para ver cuándo sí puedes consentirlos)

  1. No codiciarás los bienes ajenos ni las burguer cangreburgers de tus enemigos

viernes, 19 de noviembre de 2010

Otra vez viernes

Aunque lo habían repetido muchas veces, les seguía invadiendo una sensación de culpabilidad enorme, eran como bailarines que seguían una danza ensayada mil veces, la misma hora, la misma calle, el mismo hotel, la misma habitación en la quinta planta.

Después de la tormenta yacían despojados de virtud, con la cabeza a los pies del adversario, ella le hablaba de su semana, de la indiferencia de su marido, de la frustración por no comprender a su hijo adolescente, le hablaba de dolor y analgésicos, y uñas de plástico, operaciones de estética y colores para las paredes; él por su parte volvía a hablar de trabajo, de la arpía con la que se casó hace más de veinte años, de reuniones interminables, partidos de golf y créditos para financiar su nuevo coche, de cómo le estresaban las dos gemelas y de tabaco negro. Algunas veces volvían al amor, otras fumaban, charlaban y reían, nacían de nuevo. Cada semana la misma rutina, el mismo engaño, ¿cuándo le hablarás de mí? , pronto cariño, pronto se acabarán estos encuentros clandestinos.

Esa tarde ella tenía prisa, se marchó apenas después del primer beso, no se despidieron, tengo una cena, él volverá pronto hoy, nos vemos la semana que viene…sabes que te quiero, y yo.

Mientras se duchaba pensaba en su vida, ya no era ningún chaval, todos los sueños de los veinte años se habían esfumado, se escurrían por el desagüe de la ilusión como el jabón que limpiaba el olor del engaño en el que vivía, pocas aspiraciones, algunos momentos de alegría, menos satisfacciones, en realidad tenía la sensación de estar viviendo una vida de segunda división, de la que nunca escapaba, excepto en estos momentos con ella, estas escasas dos horas semanales que le devolvían a la juventud, en las que florecía su hambre de mundo, de derribar muros y seguir venciendo enemigos. Tendría que tomar una decisión, se le escapaba el tiempo.

Así pasó la siguiente semana, de por medio llantos programados, gritos, frustración y charlas de abogados, no quería nada material, solamente intentaba recuperar su alma. Otra vez viernes, y esperando en la recepción del mismo hotel el corazón se le desbocaba como el de un chiquillo, por primera vez era libre, tenía una segunda oportunidad para un primer amor, no podía dejar de tamborilear con los dedos en la cómoda de la misma habitación de la quinta planta, una copa del minibar, eso serviría…una hora de espera, preocupación, dos horas, nervios, desazón, nunca había faltado, nunca se había retrasado siquiera media hora, éste era su tiempo, el de los dos, era su prioridad número uno, no había forma de localizarle, nunca se habían dado los teléfonos, escasamente conocían sus nombres y su pasado reciente, nunca les pareció importante cifrar sus sentimientos, el compromiso que tenían les resultaba inalterable, insustituible…

Tres horas más tarde abandonaba el hotel sin esperanza, no había noticias de ella, no encontraba por dónde empezar a buscar, el vacío del no saber apretaba sus pulmones dejándole sin aire, angustiado. Su vida se apagaba, su esperanza se esfumaba. A su cabeza acudían muchos finales, algunos dramáticos, todos tristes, no estaba, y no había más que hablar.

Ahora, sentado en el jardín de la residencia en la que espera terminar su días, recibiendo las visitas de las gemelas, sus maridos y sus nietos durante los eventos importantes, se siente feliz, durante mucho tiempo la estuvo esperando, más de un año estuvo yendo semana tras semana al hotel, esperando ver su imagen… no consigue ya recordar su piel, su sabor ni el número de su habitación, hasta la memoria cansada no llegan ya más que pequeños momentos, alguna sombra de caricia, o su olor a vainilla. Retomó su anterior vida de segunda división y la exprimió como si muriese cada día, amó a su mujer como nunca había amado, escuchó a sus hijas, aconsejó a sus nietos, y hoy puede estar satisfecho, casi ha conseguido volver a dormir tranquilo, si no fuera por esa extraña anciana que le vigila todos los viernes desde la otra punta del jardín, silueta frágil, mirada ausente, y que parece llevar esperando a alguien toda una vida.

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Los días ¡plof!

Se conjugan los planetas y te amanece el típico día tontorrón, suele empezar con un despiste, vas a abrir el grifo de la bañera pensando que el agua saldrá por abajo y se va a ir calentando y te sorprende saliendo por la ducha y dándote un soponcio de frío por el cogote…empezamos bien. Normalmente en estos días te das cuenta que no te quedan calcetines emparejados y acabas poniéndote una pareja “al menos similar”, por desgracia te quedas sin café y el bar cerca del trabajo donde a veces extingues el mono de cafeína está “cerrado por defunción”, joder, casualidad tras casualidad. Después de andar tres manzanas entras en la oficina, qué bien, vuelta a la rutina…no tanto, la calefacción se ha averiado, venga, esto no puede acabar con tus ánimos, desempolvas la bufanda que está tras los archivadores de clientes antiguos y te la pones, sin recordar tu alergia al polvo…madre mía qué espectáculo. Pasa la mañana sin pena ni gloria, el windows suele colgarse más que nunca y no recibes muchas llamadas, será la crisis, o el día tonto, quién sabe. Vuelves a casa sobre las ocho, por supuesto ha empezado a llover, y al entrar en el garaje por culpa de la lluvia que empapa los cristales vuelves a arañar el mismo lateral del coche que tardaste cinco meses en reparar, parte de seguro correspondiente de por medio. Estás en casa, por fin en casa, vas a llegar y tomarte un vinito y fumarte un cigarro con esa tranquilidad que solamente puede proporcionarte el fin de un día de trabajo bien hecho, claro, siempre que no te hayas dejado las llaves puestas por dentro… dos horitas más, cerrajero de urgencia y doscientos cincuenta euros del ala completan una jornada memorable, bueno, al menos ahora sí , ese cigarrito… mierda, sin tabaco, tres manzanas más, calado en cuerpo y alma regresas al refugio, y mientras maldices a la diosa fortuna por haberte regalado semejante despropósito de día recibes una llamada…una última llamada.

De esa persona que, con cuatro frases, puede convertir tanto infortunio en una riada de sonrisas, no me cuelgues, sigue alegrándome el día, parece que, al final, Dios se ha puesto de mi lado, de nuestro lado, estoy de acuerdo en que la felicidad está dentro de uno y que hay que saber buscarla, pero en un día como hoy no me viene nada mal una ayudita tuya, venga, de verdad, no me cuelgues...sigue vacilando, sigue haciéndome reir, gracias.

lunes, 15 de noviembre de 2010

Tabaco negro, días soleados

Cigarrillo, gin-tonic, gabardina calada, humo recalentado de cualquier tugurio entre Montera y Leganitos, un compendio extraño de tópicos de novela barata, entre Carvalho y Torrente hay solo un paso, no un abismo como antes pensaba.

Sin mujer que me espere y sin amigos que me necesiten fundo mi tormento con úlceras sanguinolentas y tabaco negro, al fondo cuatro parroquianos vocean jugando al tute, “arrastro”, “veinte en bastos”, lejana letanía, tantas veces escuchada, casi convertida en oración, Camila acodada en la barra me mira, expectante, ojos vidriosos, medias destrozadas: Camila, la dulce, un travelo de los de postín afincado en chueca desde antes de Aznar, escondido entonces, desatado ahora, siempre dulce, animal de este extraño zoológico al que pertenezco, más mono que cuidador, más cerdo vietnamita que león. Sílabas torcidas como vetas en la madera de la conciencia, conversaciones extintas de contenido, sin sentido: “sigues teniendo una bonita voz, al menos para mí, guapo… cántame algo, como en los viejos tiempos, algo de Sabina, o de Serrat” Camila, la dulce.

Recojo los trastos y salgo a la selva, con olor a humedad, humedad que desprenden los transeúntes, las alcantarillas, los susurros de los jóvenes enamorados, es curioso, humedad en Madrid, quién lo diría. Precoces parejas aprietan el paso bajo la lluvia que limpia por segundos la ciudad, me gusta, bajo el chaparrón solo quedan los valientes, y me gusta contemplarlos mientras entro en otro tugurio, entre Gran Vía y Barquillo, busco sitio frente al cristal, y contemplo la lluvia, otra vez, un día más, silencioso, cabizbajo, cauto entre fronteras invisibles.

Sin previo aviso vuelve su recuerdo, me golpea en el bajo vientre, me noquea rápido, como un boxeador curtido, cierro los ojos y casi puedo tocar su pelo de nuevo, puedo escuchar su risa inocente, la recuerdo gritando papá a la salida del colegio, siento otra vez como sus bracitos me atrapan, como me da su amor sincero, y me cuenta, trastabillada, cómo le ha ido el día, mi cielo, mi vida, mi hija. Añoro esos días, entonces no llovía, desde que la tuve en mis brazos por primera vez sentí que ya no era uno, sino medio, mi otra mitad ya no me pertenecía, y ahora que me la han arrebatado ni mi mitad, la que conservaba, me parece propia.

Paso esa página, es absurdo releerla, la conozco perfectamente, conozco su final, podría recitarla ante el puto público del puto teatro real; vuelven las náuseas, paso otra página y otra más y al final llego al final, al absurdo día de hoy, pegado a esta barra sucia y grasienta, a mi hogar.
Otro, cigarrillo, otro gin-tonic, más humo recalentado, una tonelada de frustración, mañana brillará el sol, estoy seguro.

El mismo punto

Pues venga, vamos con cosas alegres.

Durante este fin de semana he reflexionado bastante sobre la vida y la muerte, es curioso, ¿verdad?, tanta alegría en un par de líneas.
La vida, custodiada por el azar es alucinante, cada pequeña decisión que tomamos, cada esquina que torcemos, o cada llamada que no atendemos, puede provocar reacciones muy diversas, tantas como el resultado de multiplicar la capacidad de elegir que tenemos los que tenemos la suerte de poder hacerlo por el número de veces que nos ha tocado elegir, es apabullante, casi provoca ansiedad el mero hecho de pensarlo, ¿Cuántos miles de decisiones hemos tomado en nuestra vida? y lo que es más mareante aún, ¿a cuántas personas han afectado nuestras decisiones? ¿cómo cambiaron las vidas de nuestros seres queridos por nuestros propios caprichos?
Todo esto nos volvería majaras si no nos hubieran entregado una única cosa sobre la que no tenemos capacidad de elección, la muerte.
Visto así puede que podamos quitarle la connotación negativa a nuestra amiga la de la guadaña, es lo único que nos da sustento, algo meridiano, clarificador, puro, aquí no interviene el azar, quizá un poco en el cuándo y el cómo, pero nunca en el qué, en la matriz de la cuestión.
Compartan su vida y disfrútenla cada momento, no se preocupen por todo lo que haya crecido la arborescencia de sus elecciones, ya que inevitablemente finalizaremos todos en el mismo punto.

…Y a partir de ahí solo Dios sabe…

viernes, 12 de noviembre de 2010

Aquellas playas.

Cerca, muy cerca, en esos escasos milímetros en los que no se escapa ningún olor, en que, aún sin tocarse, podían sentir la piel del otro, en los límites del deseo, cayendo de nuevo en un abismo de roces y caricaturas de sentimientos. Vadeaban ríos inhóspitos, territorios inexplorados en los que ningún desamor había dejado todavía su marca, palpitaban, nerviosos, corazones desbocados, caballos de carreras. Las escaleras incómodas no conseguían alejar su propósito; penetrar sus almas por los ojos, miradas tan intensas como el salitre de la mañana que les recibía, tenue.

¿Temblaban? , quién sabe, a su alrededor el no-mundo empezaba a despertar, algún paseante tempranero, algún noctámbulo sin rumbo, siempre la playa al frente, dándoles cobijo, limitando su por entonces vasto futuro.

Ella no llegaba a los dieciséis y él, recién cumplidos los diecisiete, no divisaban finales, solo principios, se colmaban de versos, de te quieros sin prisas, sin consideraciones previas, es verdad, se querían, aún sin entender que nunca volverían a amar de esa manera, o tal vez por eso, morían en cada beso, nacían en cada caricia.

-Huyamos- le proponía ella, - ¿a dónde? , sonreían cómplices de locos pensamientos, - donde sea, contigo-

jueves, 11 de noviembre de 2010

Rugby

Tengo un gran amigo que me explicaba ayer la regla fundamental de este deporte, y es muy didáctica; en el rugby, cuando te caes al suelo por un golpe, un placaje o simplemente de agotamiento solamente tienes dos opciones, en ese momento, en el suelo, dolorido, sin aire, casi extenuado no cuenta de dónde vienes, hacia dónde vas, cuánto dinero tienes, si tu casa es mejor o peor, si tu novia es más espectacular o menos, cuántos amigo te adoran y cuan majos son, ni cuenta tu estado de ánimo… en ese momento, con la compañía única del sordo dolor en tus pulmones tienes dos opciones, sencillas, casi cómicas, pero que engloban una descomunal verdad universal… seguir ahí tirado, o ponerte de pie y seguir corriendo.,

No busquéis más, esto resume la vida en una llana bifurcación.


miércoles, 10 de noviembre de 2010

Mejor en prosa...

-No me gustan nada esas gafas de sol que te has comprado.

-De verdad que eres la bomba, sabes que llevaba tiempo queriendo comprarme unas y ahora me sales con esto, tampoco lo tengo fácil porque todas las que me probaba me quedaban muy anchas, tengo la cara fina…. ¿por qué no te gustan?

-No sólo es que no me gusten, es que las detesto.

-Ya estás otra vez con tu filosofía barata, déjate de tonterías y dime cuál es el problema ¿me quedan grandes?

-No sé

-Como siempre escurriendo el bulto, primero tiras la piedra y luego escondes la mano, últimamente no te entiendo, es igual que lo de mi madre….

-¿Tu madre?

-De un tiempo a esta parte criticas todo lo que sale de su boca, ellos siempre nos han ayudado, desde el primer día y ahora parece que hasta su presencia te molesta…. ¿y lo que nos han apoyado con el niño?

-No sé de que hablas, a mi tus padres me caen fenomenal

-Sí, por eso llevamos casi tres meses sin verles, casi nunca quieres ir a comer allí, y cuando nos visitan se te pone tu habitual cara de acelga…. Recuerda quién nos avaló para la compra de este piso...

-Se te va la olla.

-Eso, sigue echando balones fuera, ahora se me va la olla, cuando te quedas sin argumentos siempre vas a lo personal, joder , esto es lo que menos me gusta de ti, esa insoportable pachorra mezclada con un toque de indiferencia, la que has liado por las malditas gafas….

-No me gusta oírte hablar así, si me dejas explicarme…

-¡Explicar el qué!, por qué tienes la sensibilidad de una acelga o como hacer que una se sienta una piltrafa en seis frases...

-Explicarte el por qué de que no me gusten tus gafas…

-Pues por el placer de la crítica, porque no sabes como hacerme saltar o porque te aburrías y…

- Te tapan los ojos

-¿Qué?

-No me gustan porque te tapan los ojos, nada que pueda hacer eso contigo merece mi comprensión ni mi indulto, es por lo que las estoy rompiendo ahora mismo, para evitar que cometas un crimen mayor, que te las pongas de nuevo…

-Pero…

-No hay peros que valgan, necesito seguir viendo, día tras día, esos ojos que me rescataron hace tiempo de mi extraña vida de acelga y mi filosofía barata, y que hoy me hacen querer ser mejor persona.

- yo…






martes, 9 de noviembre de 2010

Resucitando....

Todo el fantástico mundo de caramelo que me vendieron en mi adolescencia (entre actuación y actuación de AC/DC o de los Barones) se está desmoronando, hay una brutal epidemia de separaciones, de despropósitos, de rupturas traumáticas, crónicas de muertes anunciadas... no lo entiendo, claro que puedo teorizar sobre que actualmente nadie aguanta mucho a nadie, que todos hemos ganado independencia económica y no es necesario compartir tu vida con alguien si no te llena, pero esto ya lo habéis oído mil veces... me gustaría ir más lejos, me gustaría hablar sobre la felicidad. Escuché a alguien decir que la felicidad era esa señorita espléndida que viaja contigo en el mismo compartimento de tren, con tu mismo destino, y que, justo cuando reúnes fuerzas para saludarle desaparece como si nunca hubiese estado allí, como mucho deja su perfume, que tiempo después te recuerda que estuvo, aunque no sabes cuándo ni cuánto. Quizás estamos demasiado obsesionados con la búsqueda de la felicidad como fin y no disfrutamos del camino que puede llevarnos a ella, y este camino es mucho más fácil de buscar entre dos, no nos engañemos... por supuesto que habrá veces que surjan dudas sobre por dónde torcer, si avanzar por la playa o por el monte, incluso de cuándo parar a descansar y de qué tipo de vino llevar a casa de nuestros anfitriones... pero ¿seguro que estas diatribas, aún juntándolas en cantidad, pueden hacer necesario que merezca la pena seguir avanzando solo? no lo tengo nada claro.
Lamentablemente me ha tocado estar en varias situaciones a lo largo de mi vida, creo que más o menos he seguido el camino correcto, pero también estoy convencido de que ha sido mucho más ameno compartir la carga de mi mochila, hoy convertida en bagaje; por el momento disfruto de nuevo del frescor que me entrega el viento en mi cara, rápido por avanzar en soledad, pero sé que tarde o temprano alguien estará esperando para caminar junto a mi, y yo volveré por la senda de Ulises en su camino a Itaca.
Pero a mi alrededor, el mundo de caramelo se sigue desmoronando, niños de por medio, llantos sin consuelo, meteduras de pata, ¿qué está pasando?, ¿es tan difícil disfrutar de la compañía de la señorita del tren, por imperfecta que sea? si alguien tiene la respuesta que me lo diga, mi número de teléfono está grabado con una navaja en el próximo árbol que encuentres en tu camino.

lunes, 8 de noviembre de 2010

Carta desde mi celda

El abismo al que me condena tu perturbadora ausencia se hace más angosto cuantos más días pasan sin noticias de ti, lo que debería ser bálsamo reparador se convierte en filo cortante, el papel de una carta nunca escrita, de las cosas que nunca te dije. Me entretengo fabricando pequeñas quimeras, elucubrando sobre cómo sería una tarde de Abril junto a ti, por fin libres, visualizando estelas en tu pelo, bebiendo de tu recuerdo, regando mis marchitos anhelos, temblando ante ti como cuando teníamos quince años.

Esta celda no me ata, sigo teniéndote porque un día te tuve, y te aseguro que volveré a tenerte; cuento las grietas de los ladrillos esperando que alguna combinación esotérica de números abra la cerradura de mi prisión, bailo al son de las gotas de lluvia imitando nuestro último baile en Madrid, frente a los neones de la Gran Vía, bajo un manto negro de sudor y suciedad, radiantes.

Tengo claras dos cosas, la primera; quiero seguir vivo, me esfuerzo en no provocar conflictos inútiles que pudieran terminar en tragedia, cuido mi envoltorio en la medida de lo posible, camino, me muevo, estiro, no quiero marchitarme, igual alimento mi psique, leo a Descartes, a Platón y a Pérez Reverte, juego a las damas con el de la 608 y espero sin desesperar. Mi segundo compromiso es para cuando salga, volveré a buscarte, ten esto claro, no me va a parar ninguna frontera artificial, ningún matrimonio de conveniencia, sé que tú eres mil veces más tú conmigo, te encontraré.

Y así entre noches y días, entre tardes y amaneceres mi espíritu se fortalece, es un día más de vida, es un metro más que le recortamos al abismo, al abismo al que me condena tu perturbadora ausencia.

viernes, 5 de noviembre de 2010

Bocadillos de foie-gras

Es verdad, no muchas, pero ya peinamos alguna cana, y hoy, de viernes nostálgico pre-mudanza he recordado algunos de los mejores momentos de mi vida, y lo curioso es que en todos ellos no medía más de 1,50…

Las tardes se hacían eternas a principios de verano, el colegio había terminado y el mundo, aunque limitado por las cuatro manzanas contiguas a mi casa, aparecía ante nuestros ojos como un vasto océano por descubrir, recuerdo las rodillas y los codos negros de jugar en la arena a las chapas, las canicas, la peonza y mil juegos más, recuerdo los timbrazos al telefonillo y los rancios…”¿bajas?”, no había formulismos, ni cortesía y mucho menos protocolo, ese ¿bajas? significaba que empezaba la aventura… jugábamos al rescate, al fútbol, a churro va,  al encierro, a carreras de bicis, al despiste, a tulipán,  a bote botero, al escondite; inglés o normal… nunca nos agotábamos. En el intermedio el bocata de foie-gras, de pan con chocolate o de cualquier cosa que aplacaba un hambre voraz, y cuando caía la noche era el turno de algún juego de mesa en el pasadizo, de las cartas, emulando a nuestro mayores o de las historias de terror contadas por Quique, el mejor de los narradores.

Así se pasaba la infancia en un barrio de una pequeña ciudad dormitorio cerca de Madrid, así la recuerdo y la engrandezco, cuando por aquel entonces no éramos ni mínimamente conscientes de lo que se nos venía encima, el mundo de los mayores no me gusta, como a Saint-Exupéry :”las personas adultas me siguen pareciendo bastante extrañas”, y yo sigo sin acostumbrarme a mi condición de “mayor” lo siento, no puedo.

Os dejo un pedacito de mi infancia en vuestros tinteros para que vosotros mismos reflexionéis sobre la felicidad, la que ahora nos cuesta apenas probar y que en aquellos tiempos nos comíamos, cada tarde, a bocados.

“A los mayores les gustan las cifras. Cuando se les habla de un nuevo amigo, jamás preguntan sobre lo esencial del mismo. Nunca se les ocurre preguntar: “¿Qué tono tiene su voz? ¿Qué juegos prefiere? ¿Le gusta coleccionar mariposas?” Pero en cambio preguntan: “¿Qué edad tiene? ¿Cuántos hermanos? ¿Cuánto pesa? ¿Cuánto gana su padre?” Solamente con estos detalles creen conocerle.” El principito. (Antoine de Saint-Exupéry)



jueves, 4 de noviembre de 2010

La peor profesión del mundo, exnovia de letrista famoso

Sin duda es la peor profesión del mundo... me explico; si partimos de la base que algunas de las composiciones de los más afamados letristas de este país son autobiográficas, entiendo que en algún momento de sus vidas estos genios debieron de referirse a alguien con piel y nombre cuando escribían cosas como: "Y de tu cariño, de tu amor, de tu alegría, de tu calor de vida mía de te quiero tanto, al final de todo lo que me quedó es la canción que estoy cantando" (Fito) o como parafraseando al gran Sabina "Ahora es demasiado tarde, princesa, búscate otro perro que te ladre princesa". Es evidente que estas chicas, si existen, no ganan para psicoterapeutas, porque cada vez que escuchen estas letras se sentirán ofendidas, desarmadas, tal vez hasta con razón...
Capítulo aparte merece como siempre el gran Manolo García... de él poco o nada se conoce de su vida privada, pero yo me permito fantasear viendo marchitarse a alguna de sus exconquistas oyendo cosas como "dame mi alma y déjame en paz, quiero intentar no volver a caer..." o como "a quién tanto querido le escribo, ya no peino tu pelo, son los dedos del viento..." es el que lo hace con mejor estilo, más finamente, ensalza pero hiere a la vez...es brillante.
Chicas, pensároslo muy bien antes de cortar con alguno de estos parias, ya que no sabéis la cruz con la que podéis cargar el resto de vuestros días.....
--Se aceptan sugerencias y comentarios sobre letristas despechados, por favor añadir tema y autor, soy un poco morboso...je,je--

miércoles, 3 de noviembre de 2010

Historia de náufragos

"En febrero de 2003, el pesquero gallego Naboeiro navegaba a 120 millas al sur de Gran Canaria. El patrón divisó un "bulto extraño". Fue una causalidad. El día estaba flojo y habían decidido ir a faenar a una zona que no era la habitual. Enfocó con los prismáticos y vio una patera con varias personas que parecían casi muertas. El patrón avisó a la radio costera, que notificó el hallazgo a Salvamento Marítimo. Se trataba de un grupo de 18 inmigrantes que llevaban 14 días a la deriva, según el relato de un superviviente. Hacía una semana que ya no tenían agua ni nada que comer. El equipo de rescate salvó a los seis inmigrantes que quedaban en la patera, los otros 12 habían sido echados al mar según iban muriendo. El primer guardia civil que bajó hasta la chalupa descubrió que los náufragos habían roído los bordes de la barca para chupar la madera e intentar calmar la sed. La doctora que descendió del helicóptero para atenderlos pensó que había llegado "a un túnel en penumbra". Los náufragos estaban tirados en el suelo, encogidos bajo las mantas o recostados contra la pared. No se sabía dónde terminaba el cuerpo de uno y empezaba el de otro. Sus miradas eran de terror, de desconfianza." El Pais Digital

No puedo ni imaginar, y mucho menos opinar, sobre las motivaciones que pueden llevar a alguien a tomar la determinación de abandonarlo todo para embarcarse en un trozo de madera rumbo a ninguna parte, pero si me gustaría dejaros esta reflexión: la próxima vez que os crucéis con uno de ellos pensad si es alguno de los que mordió los bordes de su barca para calmar la sed, de los que tuvieron que arrojar por la borda a amigos, hermanos, padres muertos de hambre, si la mirada que ahora le acompaña de terror y desconfianza se grabó en su cara aquel día en el que tuvo elegir entre vida o muerte.

Creo que cuando desde nuestros bares a la tarde hablamos de valor, de determinación, de afrontar la vida como te viene, de superar obstáculos, no tenemos todas las varas de medir, sólo tenemos las nuestras, quizás sopesando otras cambiaría nuestro discurso, no sé, sólo es una historia más, otra historia de náufragos...

domingo, 31 de octubre de 2010

La conocí por casualidad.

Así es, no tenía dónde ir, pero sí una excepcional compañía, por aquel entonces hubiera matado por una casualidad así, no me preguntéis por qué pero llegamos a ella sin previo aviso, el cantábrico nos recibió gris, como de costumbre y al menos se grabó en mis pupilas; hoy, casi diez años después, aún siento su olor a salitre y tierra mojada. Yo aún no era consciente pero el virus de su gente y de su belleza se había inoculado ya en mi sangre, recuerdo aquellos días como si todavía no hubieran pasado, sigue invadiéndome, cuando estoy cerca, la misma sensación de pequeñez, ¿será el fin del mundo? para mi ya lo fue, y hoy vuelvo, también en buena compañía, a resucitar fantasmas, grabar paisajes y deleitar asombros. Vuelvo a ti porque quizás nunca tuve que irme, vuelvo a ti con el convencimiento de que esos días, los de la marea alta, quizás estén esperando por llegar. Dos días en los que tuve tan cerca la felicidad que podría haberla dibujado, probado, tal vez hasta cogido.
El llanto de tus olas me sigue conmoviendo, el plomo de tu cielo ya no me atormenta, es sólo tu recuerdo, el del principio de mi vida, el que me vuelve a perturbar.

viernes, 29 de octubre de 2010

Los ojos de la desesperación...

Si miras bien te los vas a cruzar día a día, yo les he visto hoy en forma miedo e impotencia buscando piso, sin nómina, con dos niños, complicando lo irremediable, es la más primaria forma de desesperación, si miras bien los vas a ver pasar cerca, más de lo que crees, siempre hay una nueva vuelta de tuerca, los que creáis en algo rezad por ellos, y por qué no... también por mi.

Halloween?!

En estos días no paro de escuchar algo que, aunque suene extraño, ya se ha convertido en tópico, los argumentos de los detractores de la fiesta de Halloween. Que si nos estamos americanizando, que esto no ha sido nunca una celebración en España, que si en vez de chucherías tendíamos que tener huesos de santo, bla, bla, bla. Yo prefiero centrarme en las caras de los críos disfrazados de manos de sus padres, la ilusión con la que decoran sus casas, las fiestas de los colegios, las guarderías y alguno barrios, y poco más; si en el difícil día a día que nos envuelve vamos a estar poniendo pegas a fiestas de este tipo (por cierto, de origen celta... no azteca, ni maya) estamos apañados.
Si fuera por mi inventaría una especie de jalowines perpetuos para que grandes y mayores nos lleváramos sustos programados todos los fines de semana y no sufriéramos espasmos de lunes al abrir cada periódico o escuchar cada informativo.
Que vivan los yankees, las calabazas, el truco o trato, los draculines y las vampiresas, y que viva todo lo que nos haga sacar de nuevo nuestra mejor sonrisa de paseo

Teorías inconclusas

Ayer, cuando parecía que la noche estaba muriendo, acabé escuchando dos teorías muy interesantes que circulan por ahí...

1) La teoría de los mil mecheros... según este estudio sin ninguna base científica en Madrid sólo hay mil mecheros, que van cambiando de mano continuamente, a lo largo de los años, pero sólo hay mil...los fumadores y exfumadores seguro que no lo ven tan descabellado.

2) La teoría del eterno retorno...acabé la noche hablando con un amigo de una charla que habíamos tenido ya, más o menos en los mismos términos, pero unos 12 años antes... y la conclusión es que a medida que pasan los años, aunque para algunas personas la vida se va clarificando, para otras, entre las que me incluyo, todo está un poco más emborronado.

Noche de cuarto menguante, relatos inconclusos, ojos enrojecidos y vidas que se dan la vuelta y vuelven a cruzarse, extraño, anacrónico, pero excitante... veremos qué pasa hoy.

La senda del viento...

"Nos trae recuerdos de pasados recientes, de huellas en el barro de nuestras conciencias, huele a limón y a prosa contenida, dignifica y engrandece nuestras miras y consigue que se vacíen nuestros temores, vuela libre, es consentida, y os da a todos la bienvenida, navegantes, paseantes, cínicos, religiosos, amorales, curas y ascetas, poetas, escuderos, brujas y alquimistas, guerreros, banqueros, soñadores, estudiantes..."