viernes, 10 de diciembre de 2010

Dedicada a ti

A mi querida desconocida:

Espero volver a encontrarte sin preaviso, casi por casualidad, y que tus brazos otra vez me rodeen y consigamos parar nuestro tiempo. Deseo que los últimos días vuelvan a repetirse con esa clandestinidad tan nuestra, con la ventaja de ser, desde hace poco, de nuevo grandes desconocidos, creo que volverá a ocurrir, ¿qué opinas? Puestos a soñar, anhelo tener una pequeña máquina del tiempo para minimizar las ausencias que dejas en mi almohada, y que la vida sea, solamente, fragmentos de tus vahos en mi alma, zarpazos de mi furia en tu cabello, pálpito oscuro en oscuras sábanas, nuestras.
Te escribo sabiendo que nunca leerás esto, te escribo a ti, pero soy yo quién recibe mis letras, suavizando el paso espinoso de los días perdidos, volviéndome más loco aún si cabe, despertando mi lobo herido, pero aún sediento de pasión.
Ni siquiera puedo imaginar lo que serán ciento veintisiete días sin verte, ¿acaso tú puedes? No lo hagas, porque no va a ser así.
Los muros del tiempo, tan jocosos como siempre, se mofan de nuestra ansiedad, no lo tengas en cuenta, algún día también reirán con nosotros, cuando seamos los dos quienes tengamos que mezclar el cemento que de sustento a sus ladrillos.
A ti, querida desconocida, te escribo, deseándote paz, salud y excelentes momentos, nunca tan grandes como los que te quedan por vivir, de eso me encargo yo.

5 comentarios:

  1. Qué bonito peque!! Me guZta. No debería quedar en saco roto, envíaselo a ella, sea quien sea ;)
    Espero que todo bien por ahí.

    Besetes!!

    ResponderEliminar
  2. ¿A ella? ¿sea quién sea?....¿por qué ella? ¿por qué tiene que ser? devaneos y desmayos atardecen estos epítetos sin saber si vamos o volvemos ¿ella?

    ResponderEliminar
  3. Está claro, la concupiscencia helada de nuestros designios fuerza las verdades y camina ausente, ¿quiénes somos? carencias desatadas por el acantilado del destino.

    ResponderEliminar