lunes, 25 de abril de 2011

Sevilla

Lo de que la lluvia en Sevilla es una maravilla me ha quedado clarito estos días atrás, lo he entendido perfectamente, así, sin eufemismos, como me gustan a mi las cosas… ¡joder!

Pero entre aguacero, salto de charco en charco y de tapa en tapa, que también, me han quedado claras muchas otras cosas; que Andalucía es una especie de cuna de España, que los ojos negros se inventaron allí abajo, que la bulería es Bulería a orillas del Guadalquivir  y que no hay nada como la buena compañía para restañar heridas.

Los cuatro fantásticos hemos pasado unos días idem en la capital del sur, capitaneados por un Jordá de los de toda la vida hemos caminado, degustado y escuchado por partes iguales un marco incomparable, y aunque el tiempo se ha empeñado en que no pudiéramos vivir ni una procesión, también hemos tenido nuestra cruz aguantando a la “niña vigoréxica” de aquí para allá. Y qué decir de “la Mari”, oreja, cuello y terapista en una única persona, corazón desbocado, terremoto para lavadoras.

Gracias a los tres por vuestra agradable compañía, y perdonad por la lluvia, últimamente el gris lo llevo de serie.


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