miércoles, 20 de abril de 2011

Una tarde de sol

Ayer, salseando a esa hora tonta de las dos de la tarde entre la escasa oferta televisiva me encontré un documental de esos que invierten los cimientos de nuestras creencias más firmes. Se decía que no tenemos diferencia genética alguna con nuestros antepasados de la edad de piedra, y para ilustrarlo, comentaban que si un niño de aquella era naciera hoy en una familia acomodada, no tendría ningún problema para adquirir todos los conocimientos de los niños nacidos en la actualidad, y podría llegar a ser todo lo que se propusiese, ya que es el aprendizaje el que marca nuestro desarrollo futuro, la carga genética está inalterada desde hace más de 2.500 años.
También hablaban de que el descubrimiento más grande en todos estos años había sido el lenguaje y, posteriormente, la palabra escrita. Hasta la invención de la escritura la sabiduría que poseía una persona se perdía cuando moría, pero cuando se empezó a guardar el conocimiento y a ponerlo a disposición de unos pocos al principio, de bastantes más tras la revolución industrial, se hizo posible que nuestra especie evolucionara mucho más rápido. Y qué decir del momento actual, con internet como herramienta de consulta automática y universal. Hoy, cualquiera, en cualquier lugar del mundo, dispone de toda la información que existe en segundos.
Nada nuevo, ¿verdad?, pero da vértigo.

Empeñado como estoy ahora en renegar un poco del ser humano, escuchar esto bien argumentado puede hacerte recuperar la “fe” en el futuro.
Pero luego, justo a las tres, comienzan los informativos, y ahí te despiertas: violencia desmedida, corrupción, desempleo, agonía, crisis.

Y uno que iba a salir a disfrutar de una tarde de sol, henchido por la convicción de que el ser humano es prodigioso, vuelve a encender el ordenador y, un poco decepcionado, elige lo que quiere ver, criba lo que va a sentir, filtra las bajezas de nuestra especie e intenta encontrar esperanza en el mundo que dejaremos a nuestros hijos.

Porque el sol, si no cambia mucho la cosa, seguirá ahí mañana ¿no?


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