miércoles, 15 de junio de 2011

Elecciones

¿Sería tan imparcial la solución salomónica como parece?
Dividirse en dos, disfrazarse con la máscara de la indiferencia y vagar así por el día, esquivando problemas, atajando luchas, dando la espalda a futuros perversos, sintiendo a medias para no alterar demasiado el corazón, anestesiar el tacto evitando tocar y ser tocado. De noche mostrar el rostro verdadero y acelerar, besar con furia y romper todas las barreras, arrancarte el vestido en la calle, hacer el amor al amor y encontrar las llaves de todos los sanatorios mentales; saltad, malditos, sois libres.
La respuesta es sencilla, en el momento que eliges incineras la imparcialidad, la actividad te posiciona, la pasividad te mata.
Yo te he elegido a ti.

jueves, 26 de mayo de 2011

Desierto

Siempre he creído que si pones rumbo hacia el desierto tu nave terminara encallando. Es bastante lógico, y aún así yo me he empeñado en seguir día tras día. Para avanzar he tenido que parar, escarbar en la arena y empujar el barco yo solo, claro, no avanzaba mucho, pero no he dejado de buscar el mar en el horizonte o el agua en el cielo despejado. La gente con la que me cruzaba en el camino me decía que estaba loco,  y no les faltaba parte de razón. Por supuesto he estado mil veces a punto de tirar la toalla y coger un camello-taxi de los que pasaban regularmente por aquí.

Y un día después de tanto sol llega una finísima lluvia que no sabes interpretar muy bien, y esa lluvia se convierte en chaparrón veraniego, y de ese chaparrón nace una tormenta que, por un instante, genera un pequeño cauce bajo el barco que antes te costaba tanto mover. Manos a la obra, no recuerdo bien como se hacía pero preparo los aparejos, izo velas y me dispongo a seguir este río, al fin y al cabo ¿qué otra opción tengo?

Sólo me gustaría saber dónde desemboca, ¿alguien vende un catalejo?.



miércoles, 25 de mayo de 2011

Back in Black

Decía el tío Clint en “Unforgiven” que había visto al Ángel de la Muerte, así, con todas sus mayúsculas.

Y, no se sorprendan, no exagero, yo también lo he visto. Me ha dicho que me perdonaría mis pecados, que en este punto de inflexión en mi vida va a concederme una segunda oportunidad. Estoy feliz por ello, no todo el mundo tiene este privilegio, hay gente que muere sin tener siquiera una sola opción. Y a mi me han dado dos. Como los petisuis.

Así que tengo que volver a llamar a mis desahuciados compañeros de viaje, el destino, la esperanza, la risa, la nostalgia y la alegría y hacerles la reanimación cardiopulmonar, ya estamos todos juntos, comienzo el camino, me parece que van cómodos en la mochila.

Por supuesto he aprendido cosas importantes que me van a servir para no caer en las mismas trampas, no me marcaré objetivos enormes, no soñaré tanto con mis propios sueños.

Y ahora que por fin recuerdo el sabor del último beso que me diste simplemente voy a olvidarlo.


lunes, 25 de abril de 2011

Sevilla

Lo de que la lluvia en Sevilla es una maravilla me ha quedado clarito estos días atrás, lo he entendido perfectamente, así, sin eufemismos, como me gustan a mi las cosas… ¡joder!

Pero entre aguacero, salto de charco en charco y de tapa en tapa, que también, me han quedado claras muchas otras cosas; que Andalucía es una especie de cuna de España, que los ojos negros se inventaron allí abajo, que la bulería es Bulería a orillas del Guadalquivir  y que no hay nada como la buena compañía para restañar heridas.

Los cuatro fantásticos hemos pasado unos días idem en la capital del sur, capitaneados por un Jordá de los de toda la vida hemos caminado, degustado y escuchado por partes iguales un marco incomparable, y aunque el tiempo se ha empeñado en que no pudiéramos vivir ni una procesión, también hemos tenido nuestra cruz aguantando a la “niña vigoréxica” de aquí para allá. Y qué decir de “la Mari”, oreja, cuello y terapista en una única persona, corazón desbocado, terremoto para lavadoras.

Gracias a los tres por vuestra agradable compañía, y perdonad por la lluvia, últimamente el gris lo llevo de serie.


miércoles, 20 de abril de 2011

Una tarde de sol

Ayer, salseando a esa hora tonta de las dos de la tarde entre la escasa oferta televisiva me encontré un documental de esos que invierten los cimientos de nuestras creencias más firmes. Se decía que no tenemos diferencia genética alguna con nuestros antepasados de la edad de piedra, y para ilustrarlo, comentaban que si un niño de aquella era naciera hoy en una familia acomodada, no tendría ningún problema para adquirir todos los conocimientos de los niños nacidos en la actualidad, y podría llegar a ser todo lo que se propusiese, ya que es el aprendizaje el que marca nuestro desarrollo futuro, la carga genética está inalterada desde hace más de 2.500 años.
También hablaban de que el descubrimiento más grande en todos estos años había sido el lenguaje y, posteriormente, la palabra escrita. Hasta la invención de la escritura la sabiduría que poseía una persona se perdía cuando moría, pero cuando se empezó a guardar el conocimiento y a ponerlo a disposición de unos pocos al principio, de bastantes más tras la revolución industrial, se hizo posible que nuestra especie evolucionara mucho más rápido. Y qué decir del momento actual, con internet como herramienta de consulta automática y universal. Hoy, cualquiera, en cualquier lugar del mundo, dispone de toda la información que existe en segundos.
Nada nuevo, ¿verdad?, pero da vértigo.

Empeñado como estoy ahora en renegar un poco del ser humano, escuchar esto bien argumentado puede hacerte recuperar la “fe” en el futuro.
Pero luego, justo a las tres, comienzan los informativos, y ahí te despiertas: violencia desmedida, corrupción, desempleo, agonía, crisis.

Y uno que iba a salir a disfrutar de una tarde de sol, henchido por la convicción de que el ser humano es prodigioso, vuelve a encender el ordenador y, un poco decepcionado, elige lo que quiere ver, criba lo que va a sentir, filtra las bajezas de nuestra especie e intenta encontrar esperanza en el mundo que dejaremos a nuestros hijos.

Porque el sol, si no cambia mucho la cosa, seguirá ahí mañana ¿no?


lunes, 18 de abril de 2011

Una máquina del tiempo

-Y si necesitas algo, dímelo.
Y voy yo y digo que no, que no necesito nada, que gracias, que un beso. Mentira amigo.
Necesito una máquina del tiempo que me traslade cinco años atrás y que me permita ser yo quién me haga esa pregunta relacionada contigo.
¿Y si necesitas algo? ¿y si no lo ví?

No es tan difícil, creo que me resultaría más fácil conseguir un condensador de fluzo que superar el lastre de haber aniquilado mi presente.

viernes, 15 de abril de 2011

La soledad virtual

La soledad virtual, curiosa sensación.

Uno que ya ha ido saboreando los diferentes apellidos de tan insigne emoción se sorprende esperando una entrada, un síntoma, incluso un silencio. Ahora con internet en el móvil incluso aprovechas un rato en una cafetería para seguir esperando, es una espera rara, por turnos pero indefinida, y cuando al fin ves algo nuevo lo devoras en segundos con esa curiosa virtud de la lectura semiautomática que no sé de quién narices habré heredado. Claro, los atracones no son buenos, y cuando lees un texto, normalmente profundo, tan rápido necesitas hacer una pausa y repasarlo, qué bueno, siempre es bueno.
En ese momento piensas que ya no estás solo, sigues en la misma cafetería, no hay nadie cerca, pero el día cambia sus matices porque has recibido nuevos cristales a través de los cuales contemplarlo, es fuerte, pero efímero.

Tras releerlo por quinta vez intentas quitarte el gusto dulce del instante con un poco más de café. –Ahora uno solo- reclamas, y el sabor amargo te devuelve a tu sitio, a la espera, los cristales pierden su color y se tornan vidrios ahumados, y te abraza otra vez la soledad, la soledad virtual.

Y vuelves a tu vida de autómata y convencionalismos, trabajas, te ríes sin ganas, vas a cenar con los amigos, aparentas cierta estabilidad mental y cuando te preguntan qué tal siempre mientes: “bien, muy bien” justo antes de volver a coger el móvil y seguir mintiendo: “¿qué pasa?” – “nada, nada, estoy viendo si tengo alguna llamada perdida”

jueves, 14 de abril de 2011

Palabra de Manrique

Lo muerto, cuando se abandona, termina oliendo a podrido.
Incluso el añil se pudre, garantizado, aunque lo embalsames y le vistas con sus mejores galas, aunque no pares de recordar la luz que daba a tu habitación el tono azul más bello que existe, acaba descomponiéndose.
Y donde habitaron los escorzos de bailarinas rusas hoy campan a sus anchas gusanos como mis dedos, acabando con todo lo que encuentran a su paso.
Los huesos quedarán limpios e inalterables, al menos por los siguientes cien años, justo el tiempo que seguirás recordando la electricidad que precede a cualquier pérdida.
¿Querías esperanza? Tendrás polvo.
¿Esperabas resurrecciones? Error.
Simplemente olor a podrido.

"Recuerde el alma dormida,
avive el seso y despierte,
contemplando
cómo se pasa la vida,
cómo se viene la muerte,
tan callando,
cuán presto se va el placer,
cómo; después de acordado,
da dolor;
como, a nuestro parecer,
cualquier tiempo pasado
fue mejor."
J. Manrique
 

miércoles, 13 de abril de 2011

Unos añitos en el Tíbet

¡Cuando me lío a vender no hay quién me pare!
Ahora estoy negociando (qué bonita palabra) unos terrenitos en el Tíbet, la verdad es que los llevo teniendo en mente desde hace unos meses y me he decidido, me voy para allá.
Mañana tengo hora en la peluquería y en la depilación láser para que me dejen rasuradito del todo, si uno va a ser un lama tiene que parecer un lama, es algo fundamental. He ido a los chinos y he encargado cincuenta metros de telas de colores, con prioridad para el naranja tibetano, es el que más se lleva este año por esos lares, y poco más, una maletita (roja por supuesto) cargada de buenas intenciones y me marcho.

A ver qué tal se vive en un país del que, a no ser por los problemillas con los chinos, todo lo que se dice es atrayente, quiero poder  pasear más de doscientos metros sin pasar por ningún sitio conocido, conducir por las montañas mi burro sin tener que parar a cada rato por algún badén e imbuirme de la espiritualidad de las gentes de allí, o sea, ser un dalai en toda regla, incluso me llevo en el mp3 o 4 o 5 o como se diga la canción de mecano para sentirme como en casa. Sí…. la de “ahí, dalai lama, dalai lama, dalai uh uh oh oh” .Os colgaría el vídeo del yutúz pero ando muy perro, será que me estoy relajando ya solo de pensarlo.

A respirar aire puro sea dicho, en cuanto supere en uno o dos años lo del mal de altura (por allí la playa está a unos 4500m., y yo lo más alto que he subido es a la charca verde de la pedriza, amén) voy a estar hecho un titán, chache, prepárate para cuando vuelva que te corto el cuello sin problemas. Y por lo del sobrepeso tampoco tengo que preocuparme, están todos flaquitos, flaquitos, así que me veo regresando como una especie de Brad Pitt ibérico, por lo menos las barbas ya las llevo.

Y allí organizaré con prestancia mis parcelitas para recibiros a todos los que queráis dar una vuelta y rezumar budismo por los cuatro costados; no me faltan las ofertas, mi manager por ejemplo ya me ha pedido una, así que yo, como está mandao, se la guardo, que no sea por falta de voluntad.

No os preocupéis que me han dicho que tendré internet sin problemas, así que os seguiré torturando con mis paridas.

Por cierto. ¿Alguien sabe si allí se coge la sexta?

jueves, 7 de abril de 2011

Lágrimas negras

Qué traicioneros son los sueños, ayer me volvieron a jugar una mala pasada.

Es noche cerrada en Madrid, y como casi siempre en nuestros momentos importantes llueve, yo tengo claro cuál es tu portal y allí espero, detrás del cristal, a verte aparecer. La gente huye del agua como si fuese ácido, corren a resguardarse en el calor de sus hogares, yo lo tengo difícil, hace años que no habito ninguno. Apareces por sorpresa doblando la esquina bajo un pequeño paraguas de esos de mano, sé que eres tú por tus botas, tus piernas y tu inconfundible manera de caminar, porque no se te ve la cara. Me suelto del volante y abro la puerta del coche para salir a tu encuentro, sin rodeos, choque frontal, infarto.
-Hola, cuánto tiempo sin verte- miento, te veo cada minuto, cada día de mi vida.
-¿Qué haces aquí a estas horas? ¿cómo me has encontrado?
-Ya ves, sigo teniendo mis contactos.
-Estás más delgado.
-Y tú más guapa.
Silencio cortante, empiezo a notar que me estoy empapando, primera ayuda divina, ninguna cornisa en la que resguardarse y me cedes parte del minúsculo paraguas, silencio maldito. – Haz algo, Bogart- pienso, -mueve ficha o quedarás como lo que eres, un completo idiota-. Así que, atrapado, acorralado por tu anatomía tartamudeo como un chiquillo pidiendo una caja de condones en la farmacia del barrio. No me quedan esperanzas así que voy a por la carga de profundidad, saco mis pequeños cascos y los conecto al móvil… -elige bien- me animo yo solo.
-Venía a bailar contigo una última pieza, ¿te parece bien?
-¿Aquí? ¿Ahora?
-¿Por qué no?
Y te paso un auricular, son cortos, por supuesto, y eso nos obliga a juntarnos más, y con los dedos temblorosos (malditas pantallas táctiles) selecciono al azar, y el azar me devuelve otra ayuda divina- mañana me confieso- en forma de “Lágrimas negras”, Bebo y el Cigala, otra vez.
-¿Quiénes son? – pregunta, algo desconcertada.
-Un abuelo cubano y un gitano peludo colegas míos, ya te los presentaré
-Estás de coña.
- Ven aquí.
Y armándome de no sé qué valor que creí perdido te atraigo junto a mi y bailamos un poco torpes entre los charcos y la mirada furtiva de un barrendero que acaba su jornada. Entonces va el Cigala y dice aquello de “si te acaricio la cara tienes que darme un beso”, obediente sigo sus consejos y te aparto el pelo mojado de la cara, mi vida, como la de los suicidas, pasa por delante de mis ojos en una décima de segundo, acción, reacción. Tú también obedeces y me besas como si se acabara el mundo, y se acaba, y allí me quedo empapado con el paraguas caído y el corazón reventado.

Las 7:45, el despertador grita y me devuelve al mundo, cansado, con desazón me acerco al cuarto de baño y le doy al grifo… ¿por qué tengo el pelo mojado?

miércoles, 6 de abril de 2011

Contrastes

¿Cómo puede una composición tan bella describir realidades tan desgarradoras?
Gracias Bebo.

martes, 5 de abril de 2011

Viridiana

Cuarenta ventanas cerradas, el ruido de una fresa trapecista, fruta de ámbar descolorida, bajeza y dolor. No te escapes hoy, espera un poco, ¿no ves que duele?
Si no te lo dijese jamás lo escucharías, si no te buscara difícilmente te perdería, aunque a veces creo que sería mejor dar la espalda a todo; sin embargo volveré a hacerlo, no hace falta que me repitas que me repito. No es distinto de los días azules, cuando cantaba y me escuchabas, no es tan distinto, quizás un poco menos azul.
Trece escalones, una maleta roja, luces desoladas.
Consideraciones imperturbables, corazón descarriado en trémulas sinergias, valientes suicidas aferrados a recuerdos olvidados, gatos de sangre canela, mariposas de papel.
¿Estamos locos?
Un pequeño trineo deslizándose por dunas de sal, frenando la respiración de mis venas, sangrando como el muro de Berlín tras el holocausto, silbo tu nombre, ¿eras tú?
Cuchillas afiladas cortando un ojo de miel, dos señoras de luto, bonita palabra, rasgándose las medias, negras por supuesto.
Ya sé que no tiene mucho sentido, pero ¿qué lo tiene?


viernes, 1 de abril de 2011

100

Pues así, casi sin darme cuenta, llego a mis primeras efemérides blogeras, con esta entrada que estoy redactando cumplo los primeros seis meses de esta bitácora y alcanzo la número cien.
En este corto período he superado algunas fobias que me atrapaban hace tiempo. En primer lugar la que me generaba la página en blanco del editor de textos, el más cruel miedo al que se enfrenta alguien que quiere plasmar humildemente algunas sensaciones, historias o estados de ánimo; escribir a diario, peor o mejor, me está sirviendo como entrenamiento para empresas un poquito más ambiciosas en las que estoy embarcado, y que espero algún día podáis compartir conmigo. Por otro lado también he dado carpetazo a algunos problemillas de insomnio, es curioso pero vomitar ideas me viene fenomenal para dormir mejor y dejar de gastar dinero a lo tonto con los programas de llamadas nocturnos, plagados de ex concursantes de gran hermano. Finalmente y no por ello menos importante puedo afirmar tajante, sin miedo a equivocarme, que tus ojos ya no me dan ningún miedo… vale, a lo mejor tu mirada un poco, pero tus ojos, rien de rien.

Los conocidos que son lectores asiduos de este tostón siempre están dándome sabios consejos: “escribes mejor huyendo de los epítetos y las subordinadas, tirando directamente de las entrañas” – “deberías escribir todo esto en papel, que siempre queda más chulo” – dice mi futura manager. –“vuelve a vincular el blog a facebook, para aumentar tus lectores y las visitas ocasionales…” gracias a todos, de cada uno de vuestros matices tomo debida nota e intento mejorar mi forma, porque mi fondo, desgraciadamente, es difícil de empeorar. Si puedo haceros una petición furtiva os animo a que hagáis estos comentarios dentro del blog, para que sean más inmediatos y más fácilmente asumibles.

También me he servido de este medio para conocer gente de modo virtual que merece mucho la pena, estoy aprendiendo que las cosas que me pasan traspasan las fronteras de  distancia, sexo, credo, edad o convicciones políticas, que en mis mismos barros encuentro amigos de lodo con los que corretear por las praderas. He descubierto, gracias a este mundillo de los bloggers, verdaderos genios anónimos, gente con una facilidad para narrar envidiable, y con una capacidad de transmisión emotiva de la que me he servido para seguir adelante en mi día a día.

De mi madre aprendí, aparte de otras cosas de menor importancia, a dar las GRACIAS, por eso no me canso nunca de hacerlo, y menos con los que me acompañáis de vez en cuando por aquí.

Gracias a todos y cada uno de los que alguna vez tecleáis eso de prosalimonesyhuellasenelbarro en vuestros buscadores (vale, ya lo sé, nunca fui de los más avispados poniendo títulos), a los que me seguís habitualmente o simplemente, a los que algún día, como yo, perdisteis vuestro rumbo y una mano amiga os ayudó a encontrarlo, contad conmigo para ello.

Os veo en la entrada 200.
Besos


jueves, 31 de marzo de 2011

El molino

El abuelo Paco vende el molino, y me ha pedido consejo para ponerle un precio. Parece sencillo, no lo es.
El molino del abuelo es de agua, con un cortijo a su lado, como los llaman por allí. Para llegar no sirve el coche, el único camino que desemboca en el río es de pastores, y está a más de dos kilómetros de la carretera del pueblo.
Las aguas que mueven el viejo mecanismo son limpias y cristalinas, de las sierras de Granada, se puede beber en ellas y la humedad reinante ha hecho verde todo lo que rodea al molino, verde la pradera donde pastaba antaño el ganado, verdes los márgenes del arroyo, verdes los recuerdos de la finca.
En verano enfriábamos las botellas en el agua, y la familia se reunía en torno a una mesa siempre bien repleta de comida, allí se debatía, entre otras cosas, el futuro de mi mundo, el que recuerdo, el que añoro.
Todavía si cierro los ojos algunas noches puedo oler el serrín que inundaba el taller del abuelo, que era carpintero. Allí jugábamos entre sillas, molduras y mesas camilla e inventábamos universos fantásticos en los que perdernos, universos en los que no había prisa, ansiedad ni responsabilidad de ningún tipo, los primos jugábamos a indios y vaqueros, al escondite, a las mamás y papás, al mercado.
Y por la noche, con el barullo del campo en el ocaso, llegaban las risas en las habitaciones que crujían como si se fuesen a derrumbar, las historias de miedo, los secretos y los sueños de futuro.

¿Cuánto cuesta todo esto? Hoy, plantado frente a mi abuelo dudo mucho al dar una cifra, me cuesta transformar en plata mi niñez, cuantificar las ilusiones y las alegrías de un niño que creía estar en el paraíso cada vez que llegaba el verano.

No puedo, abuelo Paco, no me lo pidas, no puedo valorar algo que, de poder volver a vivirlo, haría que desease haber nacido de nuevo.

Si te vienes conmigo

Para ti que un día te preguntaste qué pasaría si hubieras dado el salto, si te hubieras dejado llevar por la corriente, si hubieras metido de lleno el pie en mi charco.
Para ti que dudaste entre susto o muerte, entre las candilejas o el alcohol de quemar, entre los telones marchitos o las butacas de terciopelo.

Para ti, querida, que me negaste con una sonrisa tus caderas, que dijiste: "demasiado alto", "demasiado bobo", "demasiado triste".
Si te hubieras venido.....








Buen fin de semana.

Menos para ti.

sábado, 26 de marzo de 2011

Guaridas

No lo mires fijamente, puedes convertirte en estatua de sal.
Cuando te ocurra intenta darle la espalda, sal corriendo y no dudes.
Escala alguna montaña si es necesario, abre la puerta y sal a la calle, aunque sepas que está detrás, no te des la vuelta.
Escribe un poco, haz deporte, viaja hasta donde te permitan tus posibilidades, agranda el espacio entre los dos o tápate con esa manta que se muere en el sofá.
Una buena ducha viene bien, unas copas con los amigos, llama a alguien al que eches de menos simplemente por el hecho de decírselo.
Juega al póquer con tu ordenador, apaga el móvil, revisa otra vez Casablanca, seguro que Rick tiene algo mejor que decirte que él.
Disfrázate de hombre o mujer lobo, aúlla a la luna aunque no esté llena, vacía dos cafeteras o ataca esa materia que se te atraviesa desde siempre.
Coge el tren y lárgate al centro, allí no te va a encontrar, déjate caer un sábado a las siete y media por el centro comercial más concurrido.
Acaba las poesías que dejaste a medias, cambia el norte de tu brújula, imagina.

Hazme caso.
Si el abismo te persigue.
Nunca, jamás, le devuelvas la mirada.

Terremoto

Lo de Japón puede arrancarte una sonrisa, sí, ya sé que es extraño:

Conversación con una conocida:

- Lo de Japón ha variado el eje de la tierra....
- Sí, pero solamente 14 centímetros.
- Pues eso, con lo que me conformaba yo ahora, con 14 cm.....

Buen fin de semana

viernes, 25 de marzo de 2011

Boabdil

"¡Si yo pudiera, Boabdil,
devolverte la mirada,
con todas sus flores vivas,
sin cruces y sin espadas,
sin Isabel ni Fernando,
sin el agua encarcelada!

¡Si yo pudiera, Boabdil,
devolverte la mirada...!
Yo lloraría contigo
si la historia me dejara,
lloraría siete siglos
hasta que el llanto estallara...

¡Si yo pudiera, Boabdil,
devolverte la mirada,
como el agua libre y limpia
por la vega de Granada!"

José Gilabert

miércoles, 23 de marzo de 2011

Átame

Las sirenas seguían llamándome.
Y yo, que nunca he sido de imitar a nadie, mucho menos a Ulises, iba al encuentro de cada una de ellas, sin excepción, perdonen mi falta de criterio pero qué le vamos a hacer si la carne es débil y la soledad aprieta.
Una de ellas me cantó algo de Serrat y me cogió por la fibra sensible, creo que se llamaba Lucía.
La de más allá tarareaba a los Beatles, un poco más clásico, un poco más simple, creo que se llamaba Michelle.
Una más cañera, Dolores, santificaba a los Suaves rasgando cuerdas metálicas entre su cabello.
Escuchando a Clapton me dejé arrastrar hasta el fondo del océano por Laila.

Y una vez más, resacoso y febril, paseaba por la playa del olvido recordando todas las melodías de mis pequeñas sirenas, que en cada momento me hicieron estremecer con sus voces.

-“El siguiente”, dice el chaval de la ferretería.
-“Tres metros de cuerda fuerte y un mástil consistente”

Esta vez no caigo. Ya

martes, 22 de marzo de 2011

Aparición

Me dicen que te han visto escapar calle arriba cuando llegó la guripa, que ibas como loca por culpa de lo que te metes, que el vestido que llevabas enseñaba hasta el carnet de identidad y que el gachó que te acompañaba es de los “parra” de toda la vida, o sea, mala gente.
Escucho que te has echado a perder, que no te brillan los ojos de ambición sino de desahogo, que te han largado del curro y que pronto acabarás en la trena, que ya no cumplirás los treinta, y que el parque te da cobijo por las noches a falta de un techo donde caerte muerta.
Pienso en ti hace tres años y se me nubla el recuerdo, eras llama viva, la más mulata de las mulatas del Carmelo, fuiste mi perdición y mi encuentro, te comías la vida sin hacer la digestión.
Ahora me dicen que tienes veneno en la piel, que te han visto pasear al final de la rambla con aires de mujer fatal, en busca de algún guiri que te arregle el día, que la luna de agosto no te ilumina ni la preciosa dentadura.

Y al doblar la esquina te me apareces.
¿Quién coño dijo que te habías echado a perder?

Guillermito...

Pero si ya lo dijo Guillermo, de verdad, varios meses buscando la definición a mi estado de ánimo y resulta que ya lo había leído (como casi siempre)...y líbreme dios de intentar explicar mejor que sir William mi pasajero empanamiento; obviando la salvaje traducción, el príncipe Hamlet decía algo así:

"Ser o no ser, he ahí el dilema:
si es más noble para el alma
soportar las flechas y pedradas de la áspera Fortuna
o armarse contra un mar de adversidades
y darles fin en el encuentro.
Morir: dormir, nada más.
Y si durmiendo terminaran las angustias
y los mil ataques naturales herencia de la carne,
sería una conclusión seriamente deseable.
Morir, dormir; dormir, tal vez soñar."

Y para los ancianos angloparlantes, mucho más puro, mucho más esencia:

"To be, or not to be: that is the question:
Whether 'tis nobler in the mind to suffer
The slings and arrows of outrageous fortune,
Or to take arms against a sea of troubles,
And by opposing end them? To die: to sleep;
No more; and by a sleep to say we end
The heart-ache and the thousand natural shocks
That flesh is heir to, 'tis a consummation
Devoutly to be wish'd. To die, to sleep;
To sleep: perchance to dream"


No tengo nada más que añadir...

lunes, 21 de marzo de 2011

Macondo

Madrid pide guerra, el sol se extingue por debajo del olor a gasolina y a alquitrán, anochece y no me apetece salir.
Tumbado observo el techo blanco y sigo el devenir pausado de una araña, una de esas de cuerpo diminuto y patas alargadas.
La luz muere por los ventanucos de mi buhardilla, dos antiguos trasteros unidos sin pudor por mi casera, la señora Franchi, la mohosa señora Franchi, -una ganga, decía.     -una mierda, pienso yo.
La cama es una estufa en verano y un iceberg en invierno, no hay términos medios, Aristóteles no existe.
El zulo tiene un toque bohemio, no hay mucha luz, montones de comics y libros yacen apilados por cualquier rincón, la ducha me obliga a tomar ángulos cercanos a los noventa grados y el frigorífico parece sacado de la casa de la pradera.
“Es mi castigo” – pienso, me lo merezco por dejar a mi parte racional hacer de las suyas y abandonarme al tedio, es mi frontera entre lo humano y lo divino, mi daño colateral, mi grano en el culo.
Las once, dos horas en un suspiro, me acerco a la cocina y preparo un manjar , media lata de espárragos secos con salsa de tomate, joder, “caprice des dieux”
Vuelvo a la cama, la araña sigue ahí, quieta, parece que me observe, si es que algo tan minúsculo tiene ojos.
Necesito salir, claustrofobia, ansiedad, delirio, necesito escapar.
Estiro el brazo y encuentro mi salida....
Los Buendía, Macondo de nuevo, estoy salvado.

“Muchos años después, frente al pelotón de fusilamiento, el coronel Aureliano Buendía había de recordar aquella tarde remota en que su padre lo llevó a conocer el hielo.”

Gracias Gabriel, arcángel.

Vacío

Extraño, hueco, distinto.
Página en blanco, nada que decir, menos aún que contar, poco que cantar.
Falta de objetivos, escasez de ilusión.
Si hay algún lector asiduo, lo siento, dadme unas vidas más y vuelvo.
O eso creo.

martes, 15 de marzo de 2011

Viernes

Es bueno que no creas en el amor a primera vista,  lo que pretendo hacer contigo esta noche tiene de amor estrictamente el apellido.
Mientras sirvo el vino voy una hora más allá y te contemplo entregándome tu cuerpo henchido y, por qué no, un poco febril. Te sonríes con una brisa encantadora y me hablas de no sé qué, hace tiempo que no te escucho, mi cabeza solo piensa en desnudarte despacio, y mi boca en recorrer partes de ti que ni siquiera recuerdas.
Me permites que te aparte el pelo, es una de tus tácticas, bendita estrategia, bendita velada, bendito viernes. El reloj se para con nosotros y mi mente  vuelve a jugarme una mala pasada, te levantas a rellenar las copas y te proyecta sobre mi, jadeando y gritando no sé qué barbaridades, me pierdo en la franja de piel que puedo ver entre tu blusa un tanto escotada. Estoy acabado.
¿Sueño o te has sentado un poco más cerca? a esta distancia lo que me desarma es tu olor, no hay duda, quieres lo mismo que yo, eso o me he vuelto completamente insensible a tu bombardeo de hormonas. Demasiado cerca, juegas con fuego pequeña, no sigas riéndote, no me cuentes lo que no me interesa, háblame de tus manos y de lo que vas a hacer con ellas, susurra a mi espalda desnuda, deja crecer el deseo en nuestro interior. ¿Dónde me llevas?
Vale, ya muevo yo.

lunes, 14 de marzo de 2011

La 7

Sí, para mucha gente es un número muy bonito, esotérico y cargado de buena suerte, sin embargo a mi simplemente me recuerda uno de los pasajes más oscuros de mi vida.
La 7, la jodida 7.
Con cariño...

viernes, 11 de marzo de 2011

Innovando

Mi trabajo puede resultar en ocasiones bastante aburrido.

Está plagado de tópicos, como por ejemplo: “no os asustéis al ver el trastero”, y nuestra respuesta, muy profesional: “el trastero es para trastos”, otro de los clásicos: “pero este piso necesita reforma, así que en este precio…!!!”. Pero, por encima de todo el trabajo se vuelve aburrido al quedar con los clientes: “sabe usted dónde está el monumento de los toros, pues a las 12:15 le espero allí” o “¿conoce usted el ayuntamiento de Sanse?  pues quedamos en la puerta sobre las 18:00”. Se acabó.
Voy a empezar a innovar y echarle un poco de pimienta al asunto…

Por ejemplo, cuando quede en el monumento de los toros lo haré así:
“¿Sabe usted dónde está el monumento de los toros? pues le espero subido al segundo toro empezando a contar desde la derecha, a lo mejor tiene problemas para reconocerme, no se preocupe, seré el único ser humano del conjunto”, os dejo una foto para visualizarlo:



Otro de los sitios donde suelo quedar es en la iglesia de San Pedro de Alcobendas, pues la próxima vez que quede con un cliente le diré “¿Sabe donde está la iglesia de San Pedro, pues quedamos a las 20:00 allí? ¿Cómo que dónde? pues, dentro, yo estaré oficiando la misa, con mi correspondiente carpeta azul en la mano, por supuesto…”

Y puestos a rizar el rizo, en veranito, cuando suelo quedar en la plaza del pueblo de las “villas” del norte (Fuente el Saz, Cobeña, Daganzo), siempre, no me preguntéis por qué, quedo en las fuentes que, siempre, hay en estas plazas, pues bien, en cuanto empiece a hacer más calor me planto el bañador y quedo con el próximo cliente  “en la fuente de la plaza, pero dentro, por supuesto, con mi carpeta azul”

Ya os contaré si todo esto sirve para dar algo más de alegría a mis monótonas visitas.
Buen fin de semana!!!


¡Grita!

Con todos mis respetos


Si nunca has soñado, despierta
Si estás pegado al suelo, vuela
Si estás apagado, estalla
Si te sientes herido, muerde

Si bailas con tu sombra, apaga la luz
Si vives de retales, cómprate un traje
Si la semilla se muere, riégala
Si Dios te ha abandonado, reniega

Si el llanto está salado, échale azúcar
Si te han dejado plantado, arráncate la raíz
Si la soledad te abraza, asesínala
Si tu barco ha zarpado, quémale las velas

Si te dicen que caí.
No les creas.
No es verdad.


jueves, 10 de marzo de 2011

El sonido del silencio

¿Habéis escuchado alguna vez el silencio?
Ya sé que parece una pregunta un tanto absurda pero hoy me ha venido otros de mis “remembering” de las últimas fechas; veréis, en mi juventud (cuando era más joven que ahora, que estoy hecho un chaval, je,je) hacía atletismo, sin mucho éxito, pero con dedicación plena, entrenaba seis de siete días y llegué a hacer mis pinitos en alguna competición a nivel regional, la prueba en la que más destaqué eran los 400 metros vallas, que para los no muy entendidos es dar una vuelta completa a la pista sorteando 10 vallitas a una altura de unos 91 cm. cada una. Aunque no era una distancia considerada de velocidad pura, en los momentos previos a alguna competición algo importante (campeonatos regionales, ligas de clubes, etc.) se respiraba en las pistas una sensación que nunca he vuelto a vivir, se escuchaba el silencio.
Comenzaba con la voz de “en sus puestos” que daba el juez de salida, entonces era como si el mundo se detuviese, silencio y sangre bombeando dentro de la cabeza, en el pecho, incluso en las piernas… nos colocábamos en los tacos de salida, y tras el “listos” el silencio se multiplicaba por dos, precisamente en el momento antes del disparo de salida, se podría pensar que uno estaba dentro de una campana de vacío, donde no se oía ni el más mínimo murmullo, de verdad que era emocionante.
Para los que nunca hayáis experimentado esta sensación os recomiendo que vayáis a ver alguna competición de este tipo, aún en categorías juveniles, es algo que marca.
Es algo parecido al momento después de declararte a esa chica que desde hace tanto tiempo te gusta, a la misa de un difunto, o a bucear bajo el agua en una piscina sin gente.
Y si no os convencen estas explicaciones, ahí os dejo a este par que lo describieron bastante bien.

miércoles, 9 de marzo de 2011

Amigo

¿Qué futuro me propones? Tengo que saberlo para sopesar mis oportunidades.
Creo que piensas que voy a subir de nuevo a la montaña rusa, esperando a que el operario apriete el botón. Esperas que me crea que tras la incineración de mi parte racional el vientre va a tomar posesión de mis actos y la vida se convertirá en un camino de rosas. Me subestimas.
Ya he charlado contigo otras veces, incluso hubo un tiempo en el que te planté cara y te puse boca abajo, y te quedaste ahí, haciendo el pino, hasta que yo te permití darte la vuelta, tal era mi determinación, pero hoy prefiero ni tocarte, y aunque no te lo creas, a veces ni te escucho.
Tú seguirás ahí, inexorable con el paso de los años vendiéndome motos que jamás te compraré, no por que no me gusten, sino porque tú mismo me arruinaste, y no voy a hipotecarme por ti ni una vez más, lo juro. Te disfrazarás de timidez, de candor y de desamparo, todo inútil, aprendo rápido y sé reconocer tus mil caras. Me harás llorar de nuevo e insultar a un dios en el que no creo (de ahí las minúsculas), y renegar de tu supuesta equidad.

Destino, puntual amigo, eterno enemigo, me has defraudado.

Te plantas ante mi con forma de puta barata para proporcionarme placer profesional, caduco y conocido, pero te repito que es tarde, te conozco demasiado. De hecho he tomado la decisión de asesinarte, así de crudo, así de sencillo.

Solamente necesito temple para que, en una de las puñaladas que aseste, no termine también conmigo mismo.

lunes, 7 de marzo de 2011

Mi lucha

De pie, juntos, a unos centímetros de las barricadas me llegaba el olor a sudor de los grises y su cara de odio, algún chaval algo más joven reflejaba algo más, miedo.
Y tú a dos palmos me sonreías, con tu gabardina marrón y gorra medio calada, el pelo recogido, valiente. No me acuerdo de qué iba la protesta, qué era los que nos movilizaba de nuevo, tras varios altercados de ese tipo, pero sí me acuerdo de mi lucha.
Yo luchaba contra tu presencia, contra ese compartir velado de absurdas convicciones, contra tu mirada arrullada por las farolas de la facultad en ese extraño noviembre. Luchaba contra tus camaradas abrazos, contra el rubor en tus mejillas al verme proclamar libertad en público, contra tu indiferencia al acabar el curso, contra las vacaciones que nos separarían, tú a Reus, yo a no se qué oscuro calabozo.
Y mientras luchaba contra ti te escribía las cartas desde mi celda, sabiendo cómo terminaría todo, tú en brazos de algún niño de papa amigo de la familia veraneando en Sitges con varios críos a los que pondrías nombres evocadores: “Pablo, Ernesto, Simone…”, y yo anclado en un tiempo pasado del que no lograría escapar, adelantado de nuevo por los acontecimientos, mausoleo de progre requemado.
Pero aunque conocía el final, tú me seguías sonriendo, y eso era todo lo que necesitaba.
Pañuelo a la boca, puños apretados y de nuevo a la carga: “¡Fascistas!”

domingo, 6 de marzo de 2011

Ana

Ana.
Es verdad que la vida es muy corta, y que no merece la pena vivir tantas despedidas ni promesas vanas. Nosotros iremos a parar al hoyo, y los gusanos ganarán la batalla, no la soledad.
Y seguiré sin conocerte mañana, siendo mentira. Quizás me marche y no vuelva, y seré culpable de romper el manojo de escarcha que construimos juntos.
Serán tantas despedidas como tú desees, porque al fondo de la estación, taciturno, sigo sentado esperando.

sábado, 5 de marzo de 2011

¿Quién soy?

Fui el silencio, el perfume aquejado de los días grises, las ganas de comerse el mundo y la épica de Homero, fui la savia de los jilgueros mientras destronaban prejuicios, fui el río salvaje de la cara oculta de la luna.
Fui sendero donde perderse y albergue para encontrarme, fui un préstamo de sollozos a un interés muy bajo, hombro sobre el que lloraron princesas mientras mordían otros labios, fui el desolado pacer de los caballitos de mar, las fábulas de un pasado desigual.

Hoy soy ávido consumidor de letras, tanto por leer, tan poco tiempo, Dickens, Poe, Neruda, Lorca, García-Márquez, Marsé, dios mío, no me queda tiempo.
Ellos lo vivieron todo igual que tú, igual que yo, y que tantos otros que vendrán detrás, y lo explicaron. Las soluciones a cualquier problema te las darán ellos, no creando fórmulas mágicas, simplemente describiendo como nadie vivencias, euforias y desatinos.
Todo está dicho.
Y entre tanto, vagando por una especie de selva en peligro de extinción por tanta voracidad actual encuentro sin querer otras prosas, no tan famosas, pero sí tan intensas, y es ahí donde me siento acompañado. Entiendo que no estoy solo en este caminar incierto, que somos miles los que deambulamos entre sombras y huracanes, y de esos miles, por casualidad, un día te leí a ti.
Y dentro de esos breves minutos que me acompañas nos conocemos desde siempre, y también noto caricias, empatía, brevedad.
No tengas miedo, no existo, simplemente fui hace tiempo.

Ahora me desvanezco.
Gracias.

viernes, 4 de marzo de 2011

Sigue...

(Para la oveja, cada vez más silenciosa)

Sortear obstáculos, girar caderas, abrazar el viento, esperar el pasado, vaciar la mente, silbar una melodía, cortar tarta, atravesar paredes.
Sigue.
No te rindas.
Beber champán, reír en un bar, escuchar historias, cantar al horizonte, estremecerse, romper a llorar, desnudarse.
Continúa.
Es fácil.
Caminar, trabajar con las manos, limpiar el polvo, saltar a otro autobús, acariciar, comparar deseos.
Venga.
Intentar, equivocarse, levantarse, palpitar, llorar, quemar sus cartas.

Pero sobre todo escribir.
Continúa escribiendo, te necesitan, te necesito, no me gustan tus silencios.

Un fuerte abrazo.

jueves, 3 de marzo de 2011

La calle donde vivo

La rabia es un sentimiento difícil de gestionar.
Hay veces en las que nos aporta una claridad de ideas reconfortante, pero por lo general nos coloca un velo de podredumbre en los ojos que no lleva a ninguna parte. Yo prefiero convertirla en su cuñada, la melancolía, y cambiar la corona de espinas de aquella por el suave edredón de ésta.
Y antes que yo, Joaquín, ya lo explicaba así:

jueves, 24 de febrero de 2011

El silencio de los corderos

Vivimos atrapados en la incertidumbre del tiempo, la libertad es un concepto irónico e irreal que sirve para amansar a los corderos, la dictadura del consumo guía nuestros pasos según las normas de Ford : “les pago para poder comprar los coches que ellos mismos fabrican”
Fantasmas carentes de libre albedrío, pero defensores de la democracia. Pues vale.
Tocan clarines de desorden político y colapso de nuestro actual estado del “bienestar”.
Llamemos a filas a los que, desde la crítica, tienen ganas de reformar sobre las ideas, fracturemos algún que otro credo establecido.
Seamos turcos, seamos egipcios, seamos libios.

miércoles, 23 de febrero de 2011

Esperanza

Cuando Pandora, en un descuido abrió su caja, salieron de ella todas las desgracias que los hombres conocemos, a saber: la muerte, la desolación, la peste, el engaño, etc. Pero cuando se dio cuenta de su error intentó cerrarla, y consiguió dejar dentro algo que habría que conservar por siempre, la esperanza.
Algunos de nosotros, entre los que me cuento, nos empeñamos en abrir de nuevo las pequeñas cajitas de Pandora y en acabar con nuestra más preciada inversión de futuro, es decir, la esperanza, dejando de lado a todos los que un día nos quisieron y nos dieron su apoyo. La verdad es que así se hace bastante complicado seguir adelante, pero no podemos buscar ningún culpable. Vacías pues las expectativas posibles y los proyectos a largo plazo hay que aferrarse a la verdad que nos dejó Rambo en su segunda entrega, el día a día; y en este día a día no hay generadores más puros de energía y de esperanzas que ellos, los de siempre, los niños.
Ayer mismo, inmerso en una de estas microcrisis de las que les hablo, enfrente de la oficina, pasaba un cliente al que vemos prácticamente todas las mañanas con dos de sus tres nietos; este señor, como tantos otros abuelos se encarga de llevar a los niños al colegio y así me les encontré a los tres, caminando despacio, como en una pequeña procesión. Uno de ellos, que tendrá unos siete años, iba con la cara bastante seria, enfadado por vete a saber qué desplante matutino. Pues bien al llegar a mi altura el chiquillo, harto ya de aguantar su pena en silencio se volvió muy digno hacia su abuelo y le dijo tajante:

-         Abuelo, estás despedido-

Tres minutos y bastantes risas después (el abuelo le pidió dos veces su correspondiente indemnización) siguieron adelante con el ánimo bastante cambiado, ahora el abuelo volvía a ser cómplice y compañero de sus travesuras.

Y el que les escribe se quedó allí, pensando en la ingenuidad, en mares por descubrir, en lo absurdo de nuestras quejas y en lo mucho que puede cambiarte la vida, o al menos el día, algo tan sencillo como la sonrisa de un niño.


lunes, 21 de febrero de 2011

...

Cuando la marea baja estás en el mismo sitio.
Anclado a la misma isla, reconoces el valor de la tierra que un día dejaste de lado.
Tarde, por supuesto, pero lo haces.
Y das por hecho que las fortalezas que asaltaste para después quemar valieron la pena, ¿fue así?

Cuando la marea baja estás en el mismo sitio.

jueves, 17 de febrero de 2011

Las aventuras de Masoquito (capítulo 1)

Masoquito era un muñeco de vudú, no medía más de veinte centímetros y estaba todo hecho de trapo, bastante sucio porque no le habían lavado en su escaso año de vida, tenía los brazos, las piernas y la cabeza unidas al cuerpo por zurcidos de color rojo fuerte y sus ojos eran dos botones negros, uno del derecho, por el que veía, otro del revés. Su vida, como podréis imaginar, era bastante desdichada, trabajaba para un santero cubano afincado en Burgos, y allí, en el gabinete del “doctor” actuaba contra presuntos adúlteros, maltratadotes, y un largo etcétera de personas de mal vivir.
Hacía bastante tiempo que las agujas ya no le daban miedo, se había acostumbrado tanto al dolor que no las notaba siquiera. Lo que más pena le daba a Masoquito era dedicarse a ese trabajo tan feo, proporcionar dolor a la gente; por la noche, encerrado en su pequeña caja de cartón, tenía pesadillas con el mal que hacía a personas que ni siquiera conocía, y rezaba al hada de los muñecos de vudú para que le permitiese escapar de esa vida y salir a conocer otros mundos y otros muñecos.
Un día que había tenido bastante trabajo (seis clientes en una misma tarde) llegó algo más dolorido que de costumbre a su caja, y la pena le cogió por dentro, desde la tripa, y fue tan dura que lloró una lágrima de esparto, que se secó muy rápido. Estaba tan cansado que se durmió muy rápido, esperando, sin esperanza, la llegada de un nuevo día. Pero esa noche una luz muy fuerte le cegó su único ojo sano, y cuando recuperó la vista tenía, delante de él, un ser maravilloso. Al día siguiente, aún con agujetas, despertó y notó súbito que algo había cambiado en su cuerpo…¡podía moverse! ¡qué sensación!....
No se lo pensó dos veces y saltó desde su caja al suelo, y aunque la caída fue muy dura, como era de trapo, no hizo nada de ruido. Actuaba por instinto, tantas veces había soñado con escapar que no tuvo dudas, trepó por la cortina del despacho de su dueño, pero por desgracia para él la ventana estaba cerrada, intentó con todas sus fuerzas abrirla pero sus músculos, desentrenados, no consiguieron hacerlo.
Estaba perdido, si no conseguía escapar por la ventana el santero le descubriría y todo habría terminado, por favor, un poco más fuerte, solo un poco más fuerte….

martes, 15 de febrero de 2011

La revolución

Nostalgias del Ché o de las madres de la plaza de mayo aparte, estamos viviendo estos días unos acontecimientos históricos sin precedentes.
Resulta que, tras China y la India, la tercera nación más poblada del mundo se llama facebook, y entre esta red social y otras del mismo calado, estamos viendo por televisión cosas que, de no existir estas herramientas, no tendrían sentido, no tanto en el fondo de lo que los ha provocado, como en la velocidad con la que se están expandiendo.
La caída de Mubarak en Egipto no podría concebirse sin la aceleración prodigiosa que han provocado estas herramientas informáticas en la transmisión de los mensajes. Es algo paradójico, uno de los negocios más lucrativos de este siglo está provocando las primeras revueltas sociales serias en el mundo desde hace décadas, la revolución del pueblo amparada por el capitalismo más salvaje, es de locos.
A primera vista los acontecimientos en Egipto tienen pinta de ser la primera chispa que ha encendido una mecha de la que no conocemos aún ni su longitud, y peor todavía, tampoco sabemos en qué tipo de explosivo termina. Cada vez más países vecinos están poniéndose en pie de guerra contra sus gobiernos autoritarios, desafiando los patrones establecidos por pseudo dictadores con piel de cordero.
¿Están muertas las ideas? Yo no lo tengo muy claro, me da la impresión de que lo que ha muerto son los extremos ideológicos marcados y volvemos a un término que nos encanta pero que pocos hemos experimentado en nuestras carnes: la democracia como el poder del pueblo, como su idea matriz, el pueblo levantado eligiendo y exigiendo sus derechos, oponiéndose a la represión. La gente no quiere democracias como en la que vivimos hoy, que nos sirva para elegir a una piara de políticos incompetentes que se aferran al poder como rémoras, necesitamos democracias flexibles con las situaciones cambiantes e inflexibles con los corruptos.
Si Karl Marx levantara la cabeza, estoy seguro que lo primero que haría es abrirse una cuenta de facebook.

lunes, 14 de febrero de 2011

San Valentín

El glorioso amor, el que te lleva a cotas inimaginables, el que saca lo mejor de ti y convierte el gris en rojo, el rey de los sentimientos, es también el que te hace, cuando muere, arrastrarte más hondo, envilecer tus deseos y convertir la vida en un precario vagar.
Gran amor, cruel amor, para ti.
Feliz día de san Valentín


viernes, 11 de febrero de 2011

¿El final?

¡Ostia! no puede ser verdad, estoy saliendo de mi cuerpo, mira la gente, ¡qué alucine!, y mírame qué piltrafa, cómo he quedado, diez segundos antes me estaba encendiendo un cigarrillo, y ahora, ascendiendo de verdad, ¡joder! qué mala pata, todo el tiempo renegando de la vida eterna y ahora me queda una vida eterna para renegar de la terrena, si ya me lo decía mi abuela, que los ateos no van al cielo…pero entonces ¿por qué asciendo?, puto paso de cebra mal señalizado.
Me preocupa que sea un día tan nublado, para una vez que vuelo resulta que no me voy a enterar de nada, otra cosa que me fastidia es que he dejado una lavadora de color sin tender, bueno, espero que se acuerde mi compañero de piso, es curioso lo que uno piensa justo después de morir. Parece que tengo algunos minutos antes de llegar a dónde quiera que voy, a ver qué demonios cuento ahora, o sea, perdón, qué narices explico. Llevo sin confesarme…veinticuatro años ni más ni menos, espero que la salita de espera sea cómoda. Venga, no te pongas nervioso, en rasgos generales, quitando mi afición por el porno y por las casas de apuestas en internet, mi vida es de lo más normal, no es que sea la madre Teresa pero no he hecho mal a nadie a propósito… bueno, vale, pero lo de Iván no cuenta, ha prescrito por haber pasado más de cinco años, ¿no?
Está anocheciendo y esto se ve muy negro, llevo un rato sintiendo un frío que pela y ahora ya no controlo si subo o me he quedado estancado… espera, allí se ve algo, una luz…venga, tranquilo hombre, esto es como un examen oral de los del cole pero a lo bestia, allá vamos.
¡Vaya tela con San Pedro!, parece que esto de la vida celestial me va a gustar, es la viva imagen de Elsa Pataky con una túnica blanca de esas que no dejan nada a la imaginación, por Dios, ¡si no lleva ropa interior! “Hola guapa, si llego a saber que tú eras mi juicio final hubiera seguido con el pegamento imedio de pequeño, ¿vienes mucho por aquí? “…….


Despierto, seis y treinta y cinco, ¡estoy vivo!, mierda.

jueves, 10 de febrero de 2011

La rebelión de los grumetes

Vamos un poco sobrados de capitanes de barco y hay una carencia estrepitosa de personal de cubierta, remeros, enceradores y grumetes.
Seguimos a vuelta con la crisis y yo pienso que la vuelta debería ser a los valores tradicionales, entendiendo tradición como lento aprendizaje, orgullo de conocer un oficio y satisfacción con el trabajo realizado, no como lo entienden algunos, asemejándolo a rancio, caduco y obsoleto . Sabina decía que las niñas ya no quieren ser princesas, pero lo que es verdad es que los niños no quieren ser albañiles, encofradores, calafates, agricultores o carteros, siempre eligen futbolista, médico, piloto e ingeniero. En nuestro país, claramente venido a menos en los últimos años, necesitamos aunar esfuerzos para reivindicar la importancia de una formación profesional de futuro. Creemos los autónomos del mañana, una fuerza en expansión que sea capaz de empezar una actividad económica, darle forma, hacerla crecer y garantizarse un futuro digno, para ellos y para su profesión, además de analizar adversidades y adaptarse a cambios imprevistos. Tenemos que formar profesionales CUALIFICADOS. Llamando al perro como se quiera (boom, crisis, etc.), hagámosle collares adaptados a sus necesidades.
Todos tenemos una parte de implicación en esto, los ciudadanos de a pie entre los que me cuento quizás debiéramos pararnos ante una pared bien enfoscada y dar la enhorabuena a su autor, por su parte a las administraciones públicas, que todos contribuimos a mantener, habría que exigirles menos cortapisas a la hora de iniciar una actividad, menor presión fiscal y una política REAL de ayudas al emprendedor.

Casi todos, en alguna medida, hemos soñado alguna vez con ser capitán de barco, pero les dejo esta reflexión: una tripulación sin capitán, aún tardando algo más, puede llegar  a buen puerto, pero un capitán sin tripulación no llegaría ni a poder preparar el barco a tiempo para la salida.

miércoles, 9 de febrero de 2011

Flores en el cielo

¿Se les ocurre mejor profesión que repartidor de flores?
Si se piensa bien, son como una especie de arcángeles portadores de buenas nuevas, siempre les reciben con una sonrisa, porque ¿a quién no le agrada recibir flores?, además suelen recoger buenas propinas, acordes con el sentimiento que generan. En su profesión compiten con carteros (casi siempre pájaros de mal agüero), repartidores de MRW e inspectores de consumo, lo cierto es que no hay color.
A lo mejor he encontrado mi vocación, al fin. Trabajo al aire libre, contacto con la gente, organizando tu propio horario, y sobre todo, recaudando alegría.
Por mi parte voy a comenzar a repartirles flores a ustedes, y como en la realidad virtual las flores son difíciles de oler, les dejos unas líneas de don Federico García Lorca, que ya en el siglo pasado nos hablaba del amor como nadie.
Va por ustedes.

¡Ay qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!

Por tu amor me duele el aire,
el corazón
y el sombrero.

¿Quién me compraría a mí
este cintillo que tengo
y esta tristeza de hilo
blanco, para hacer pañuelos?

¡Ay qué trabajo me cuesta
quererte como te quiero!”


martes, 8 de febrero de 2011

Tortilla de felicidad

Receta para una persona:

  1. 150 ml de aceite de sonrisa.
  2. Un pasado con altibajos.
  3. 5 o 6 proyectos de futuro.
  4. 7 u 8 buenos amigos.
  5. Amor.

Preparación:

Se pelan los proyectos de futuro y se enjuagan bien bajo el grifo para que no queden incertidumbres, se cortan en gajos y se mezclan con el pasado con altibajos, cortado previamente en juliana, se agrega amor al gusto.
En una sartén se coloca el aceite de sonrisa y a fuego fuerte se fríe la mezcla anterior.
Mientras tanto, en una cena aparte, se mezclan y baten los buenos amigos, agregando amor al gusto, es fundamental que queden bien batidos, y que no haya ninguno que se sienta fuera de lugar en la mezcla.
Cuando los proyectos y el pasado estén bien pochados se retiran con una espumadera que no deje ningún bajo de los altibajos, y, aún caliente la mezcla, se añade al bol con los buenos amigos y se remueve ligeramente.
Éste es el momento clave de contrastar qué tal ha quedado el conjunto, si está algo soso, echar un poco más de amor, pero sin pasarse.
En la misma sartén anterior bien limpia se deja un poquito de aceite de sonrisa y se añade la mezcla a fuego medio, el cuajado se hará al gusto, si prefieres una tortilla más contundente, que dure más, pero algo más aburrida, mantenlo más tiempo a fuego medio y dale más vueltas (unas 7 u 8), pero si te gusta más sabrosa y algo menos consistente por dentro, solamente hace falta dos vueltas de un par de minutos cada una.
Dejar enfriar y degustar de por vida.

lunes, 7 de febrero de 2011

Las balas perdidas

El club de las balas perdidas no es un club poco selecto, como podría deducirse del nombre. Aquí caben rateros, perdedores y gente de mal vivir pero también azafatas de congresos, bailarines en paro y domadores de hidras venidos a menos, científicos españoles, dromedarios en Alaska y perturbados sin jardines, el lobo de caperucita, Walt Disney descongelado y notarios como el Luisma, rosas sin espinas, chulos de cabaret, estudiantes emancipados, Ronaldinho, el Dalai Lama y las novelas de Hemingway.

Si necesitan una invitación no se preocupen, yo soy miembro fundador, ya que he intentado ser piloto, trapecista, corredor, jerarca, ferritero e incluso guarda forestal, y en todos mis intentos, igual que el poeta metido a cuentista, he fracasado estrepitosamente.
Incluso siendo amante bandido fracasé y me tuve que quedar en bandido, nunca aprendo, necesito no diversificar tanto.

Este año estoy realizando intentos serios por convertirme en persona y salir de este club, pero la verdad es que me han quedado cuatro para septiembre: constancia, genialidad, psicología y autoestima.

A lo mejor el año que viene.

viernes, 4 de febrero de 2011

Sentidos

Es una mezcla extraña entre algo que parece sucio y húmedo y otra cosa que puede ser celestial. Los aromas se revuelven, volviendo locos a los demás sentidos, la vista se colapsa con  las curvas de tu cuerpo, es imposible diferenciar piel de entorno, muslos de sábanas o labios de ojos; tus palabras hacen que el oído se envilezca, llegan directas al fondo de mi cerebro, donde duerme el dragón de la imaginación salvaje.
El gusto campa a sus anchas, prueba sal en tu espalda y azúcar en tus rodillas.
Pero nuestra batalla es el caldo de cultivo perfecto para el tacto, normalmente amordazado, pero que en la refriega se encuentra como pez en el agua, millones de terminaciones nerviosas activándose, percepciones extremas, crematorio de silencios contenidos.
En esos primeros momentos no somos ni nosotros, el cuerpo se escapa del cuerpo, y el primitivo animal que todos llevamos dentro lucha por romper sus ataduras.
Prueba a soltarlo.

Yo soy buen domador.

¿Exámen o control?

Lo siento, no he podido evitarlo, es mundial...


Buen fin de semana a todos!!!!

jueves, 3 de febrero de 2011

Trece

El señorito paseaba por los viñedos a lomos de su caballo negro sin reparar en nada más que en sus propios pensamientos, aquí y allá jornaleros recogían la uva con maestría, rapidez y sutileza.

Amanecía septiembre y el trabajo se repetía como tantos años atrás. Manos descarnadas, riñones doloridos y caras cuarteadas por el sol mezclándose con sudor, sangre y tierra seca, la misma tierra que ese año prometía una cosecha excelente.
Joaquín, el hijo pequeño de Dolores se estrenaba en la vendimia y estaba ilusionado, por fin era alguien importante, llenaba los canastos de mimbre más lentamente que otros chicos de su edad pero con un cariño mamado desde la cuna, “la uva”, le repetía siempre su madre, “es nuestro sustento, hace posible que tengamos un techo donde cobijarnos y alimentos que llevarnos a la boca, no lo olvides nunca hijo mío” , Joaquín era aún un crío, pero no era un tonto, y mimaba los racimos como le habían enseñado.
Ensimismado en su tarea salió hacia las carretas para vaciar su treceavo canasto del día con una sonrisa que le hacía parecer indestructible.

Pero no lo era.

Era sólo un niño, y su cuerpo se quebró con facilidad cuando, por un descuido se metió entre las patas del caballo del señorito; éste, asustado se encabritó y levantó los cuartos delanteros golpeando fuerte en la cabeza al niño, que cayó al suelo sin ruido, con un grito sordo de los compañeros que vieron la escena.

Dolores llegó corriendo por el camino, ahogando el llanto, rezando a cualquier Dios que pudiera devolver el aliento a su hijo. Odio ahogado, cabeza en su vientre, manos en la cara, pero Joaquín no se mueve, los ojillos aún abiertos, su corazón parado y en su rostro una sonrisa, ahora macabra mueca, por entregar su treceavo canasto.

miércoles, 2 de febrero de 2011

Generalidades


Es fatal generalizar, pero el otro día, acompañando a mi jefe en una de sus aventuras acabamos en un taller local, y me dio  por buscar generalidades, no sé si me pasará a mí únicamente, a ver qué opináis.

En estos talleres, huyendo de las salas bien iluminadas y del exquisito trato al cliente que venden las nuevas enseñas de reparación de coches, tipo Norauto o Feu Vert, existen SIEMPRE elementos comunes.
En primer lugar el acceso y aparcamiento cerca de los mismos suele ser bastante complicado, los alrededores de estos talleres parecen algo así como un decorado de alguna peli tipo Mad Max, pero bueno, habiendo conseguido aparcar nos acercamos tranquilos hacia la entrada cuando aparece el primer tópico, el perro.
SIEMPRE hay un perro.
 A veces suelto, a veces con una cadena de unos dieciséis metros, el animal en cuestión suele parecer un pastor alemán o algún tipo raro de mastín, normalmente bastante desmesurado de tamaño, y está en un estado, SIEMPRE, lamentable. El chucho se acerca a husmearnos y es entonces cuando tenemos el primer contacto humano, nada parecido a “buenos días” o “¿en qué puedo ayudarle?” ,alguien, a voz en grito, no se sabe desde qué recóndito lugar del oscuro taller te grita: “No hace nada”, ya, ya sé que hasta hoy no ha hecho nada, pero como le de por hacerlo al animalito…
Superado el primer obstáculo, el perro (que se queda mirándonos de reojillo por si acaso) esperamos como unos cinco minutos en una zona “de nadie” a que venga algún mecánico por lo menos a escucharnos, y al final siempre sale algún chavalote de debajo de algún coche y, limpiándose las manos en el mono, nos escucha sutilmente y nos dice la tan manida frase “eso te lo puedo tener en unos quince días”, es mentira, son como mínimo tres semanas, lo vais a comprobar.
Aceptada por fin la transacción comercial nos dirigiremos con “el encargao” hacia la oficina, siempre al fondo, siempre oscura, no sin antes pasar por las bellas paredes del museo de arte erótico del taller, donde aparecen chicas de todas formas y colores, siempre ligerillas de ropa, desgastadas como si llevasen allí cien años aunque ponga claramente “Calendario vecinitas del 2010”. Estas auténticas maravillas del pop-art están fijadas a la pared SIEMPRE con cinta de carrocero, creando un marco singular, que ríete tú del de la Giocconda.
Finalmente en la oficina “el encargao” nos toma nota, primero, por supuesto aparta de un codazo los siete kilos de papel que decoran una mesa muy bien ordenada, y en un trozo de cartón o de servilleta anota, con buena letra, nuestro nombre de pila (¿para qué el apellido?, no puede haber tantos Juanes) y el teléfono, para posibles incidencias.

El caso es que sales de allí con una sensación de familiaridad que hace que te quedes más tranquilo, y al mes y medio, después de alguna llamada para ajustar los términos de la transacción (es que tenías los amortiguadores que no veas), cuando vas a por el coche y abonas la ajustada factura, (yo como tú quieras si te parece mejor lo hacemos sin IVA) increíblemente te quedas satisfecho, todo se ha ceñido al guión, no han sido más que un montón de generalidades.