martes, 21 de diciembre de 2010

Derechos

Hace unos días la caja tonta me daba la noticia de que el Senado de los estates había aprobado una ley, promesa electoral de Mr. “yes, we can” Obama, por la que en las fuerzas armadas yanquis se permite al fin la presencia de homosexuales, acabando con años de discriminación sexista y con miles de injustos despidos.

Como casi siempre no voy a entrar a valorar lo acertado o no de la ley, sirva para entender mi posición la frase del genial Begnini en su obra maestra “La vida es bella” cuando habla con su hijo sobre la prohibición de entrar en sus establecimientos que hacían los fascistas italianos con letreros como “Prohibida la entrada a perros y judíos”, el niño, que no entiende nada le pregunta, y él, para intentar preservar su inocencia le contesta que en su tienda, (ellos tienen una librería), a partir de mañana no dejarían entrar ni: “dime un animal que no te guste”, “las arañas” contesta , bien, pues prohibirían la entrada a las arañas y a los visigodos, genial Roberto.

Lo que más me impactó de la noticia, al margen de ver las lágrimas de satisfacción de algunas personas homosexuales que luchaban por la aprobación de la ley y que en su día fueron despedidas del ejército por su orientación sexual, fue una frase que podía leerse en una de las lápidas de un integrante, ya fallecido, de este colectivo:

“WHEN I WAS IN THE MILITARY, THEY GAVE ME A MEDAL FOR KILLING TWO MEN AND A DISCHARGE FOR LOVING ONE”

“Cuando estaba en el ejército, me dieron una medalla por matar a dos hombres, y me despidieron por amar a uno”

Os lo dejo para reflexionar sobre el tema.

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