sábado, 26 de marzo de 2011

Guaridas

No lo mires fijamente, puedes convertirte en estatua de sal.
Cuando te ocurra intenta darle la espalda, sal corriendo y no dudes.
Escala alguna montaña si es necesario, abre la puerta y sal a la calle, aunque sepas que está detrás, no te des la vuelta.
Escribe un poco, haz deporte, viaja hasta donde te permitan tus posibilidades, agranda el espacio entre los dos o tápate con esa manta que se muere en el sofá.
Una buena ducha viene bien, unas copas con los amigos, llama a alguien al que eches de menos simplemente por el hecho de decírselo.
Juega al póquer con tu ordenador, apaga el móvil, revisa otra vez Casablanca, seguro que Rick tiene algo mejor que decirte que él.
Disfrázate de hombre o mujer lobo, aúlla a la luna aunque no esté llena, vacía dos cafeteras o ataca esa materia que se te atraviesa desde siempre.
Coge el tren y lárgate al centro, allí no te va a encontrar, déjate caer un sábado a las siete y media por el centro comercial más concurrido.
Acaba las poesías que dejaste a medias, cambia el norte de tu brújula, imagina.

Hazme caso.
Si el abismo te persigue.
Nunca, jamás, le devuelvas la mirada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario