viernes, 7 de enero de 2011

Fe

Navegamos hacia otros mundos, coloreados de rojo, salpicados con tonos violetas, pespunteados de arco iris, ignorando las flechas que nos lanzan, saltando entre los que intentan mordernos, burlándonos de los incrédulos. Te ayudo a vadear el río de tu reticencia, mientras tú cortas jirones de mi pasado, formando con ellos un hermoso cuadro, nuevo. ¿Crees en mí? hazlo, no te arrepentirás, puedo darte más de lo que soñaste que te prometían, pero ojo, el borde del precipicio está muy cerca, y el mismo viento en la cara que hoy te hace sentir libre, mañana podría empujarte hacia el abismo, y mientras cayéramos serían nuestras siluetas las que, brazos en jarras, se estarían tronchando de risa, ahí van otra vez, parece que nunca aprenden. De momento el viento no nos empuja hacia ningún abismo, más bien hace que nos juntemos algo más, desesperados, silbando al pasear, escuchando nuestros propios pasos, rezando porque las horas sean minutos. Yo creo en ti, es un extraño vicio, siempre creo en ti, creo más en ti que tú misma,  aunque no encuentre manera de hacer que lo entiendas, voy a seguir creyendo, porque mi fe en ti mueve montañas. Es una fe valiente, alocada y un poco testaruda, pero fe al fin y al cabo. Es la fe que iza nuestras velas, la que hace virar nuestro rumbo siempre adelante.
Es la fe que solo la piel puede rubricar, el despertar temprano, tu pecho en calma.

1 comentario: