Cuando la marea baja estás en el mismo sitio.
Anclado a la misma isla, reconoces el valor de la tierra que un día dejaste de lado.
Tarde, por supuesto, pero lo haces.
Y das por hecho que las fortalezas que asaltaste para después quemar valieron la pena, ¿fue así?
Cuando la marea baja estás en el mismo sitio.
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