Vivimos atrapados en la incertidumbre del tiempo, la libertad es un concepto irónico e irreal que sirve para amansar a los corderos, la dictadura del consumo guía nuestros pasos según las normas de Ford : “les pago para poder comprar los coches que ellos mismos fabrican”
Fantasmas carentes de libre albedrío, pero defensores de la democracia. Pues vale.
Tocan clarines de desorden político y colapso de nuestro actual estado del “bienestar”.
Llamemos a filas a los que, desde la crítica, tienen ganas de reformar sobre las ideas, fracturemos algún que otro credo establecido.
Seamos turcos, seamos egipcios, seamos libios.
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